CELEBRA. El cardenal Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, tomará las llaves de una Iglesia dividida en posturas morales, políticas y sociales. Benedicto XVI deberá pronunciar su continuidad o reformas sobre la herencia Wojtyla.
Algunos temas duros esperan a Benedicto XVI

Redacción de Mundo
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Descentralización en la Iglesia, más vocaciones sacerdotales, relaciones prematrimoniales y uso de preservativos son algunos temas que hereda.

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Asia y África, continentes por descubrir

 

Asia es el lugar de nacimiento de todas las mayores religiones del mundo. Pero mientras el grueso de los fieles del islamismo, el hinduismo o el budismo vive en este continente, no ocurre lo mismo con el cristianismo.

Guerras, golpes de Estado, dictaduras, malaria y sida, hambruna, exilio... África, el continente olvidado. Quizá no lo sea para el Gobierno del Vaticano.

En ambos continentes los católicos son las poblaciones minoritarias. Ambas regiones están dominadas por otras religiones. Hay 869 millones de musulmanes, 830 millones de hindúes, y 366 millones de budistas en Asia.

África cuenta con más de 143 millones 350 mil fieles. Sin embargo, los viajes de Juan Pablo II no ayudaron mucho al apoyo para distribuir condones para luchar contra el sida.

En el continente asiático, Wojtyla nunca pudo visitar China ni logró establecer lazos diplomáticos.

Benedicto XVI, elegido Papa ayer, tendrá que afrontar importantes retos dentro de la Iglesia católica de Roma y en un mundo cada vez más secularizado. Sus movimientos serán comparados con los de Juan Pablo II, de cuya doctrina el nuevo pontífice es heredero.

La Iglesia que pasa a dirigir el 265.º sucesor de Pedro tiene pendiente el tema de la colegialidad (gobierno común), es decir la relación entre la curia y los episcopados nacionales.

Numerosos obispos consideran que hay que potenciar el gobierno común de la Iglesia católica y aumentar las atribuciones de las conferencias episcopales, mientras que en la curia son muchos los que piensan que debe prevalecer el gobierno central de la Iglesia.

Otro punto pendiente para el nuevo pontífice es la escasez de vocaciones, sobre todo en los países desarrollados, y la consiguiente disminución de sacerdotes. Ante este problema, vuelve a surgir el tema del celibato. Juan Pablo II fue inflexible en este punto, pero cada día son más las voces, también de dentro de la Iglesia, que se alzan para poner fin a esta tradición.

El papel de la mujer en la Iglesia es otro tema pendiente. Juan Pablo II ya advirtió que los laicos pueden y deben participar en la vida parroquial, pero que no se puede confundir esa participación con las obligaciones propias del sacerdote.

La moral sexual es otro punto candente. La Iglesia es contraria a las relaciones prematrimoniales, uso de anticonceptivos, etc. También rechaza frontalmente la utilización de preservativos para luchar contra el sida y considera la homosexualidad como una desviación.

La “descristianización” de Occidente, sobre todo de Europa, es otro problema sobre la mesa.

El proceso de globalización, que está haciendo a los países ricos cada vez más ricos y a los pobres más pobres, la paz mundial y la defensa de la dignidad de las personas se unen a los anteriores.


A. Latina: de la esperanza al éxodo

Católicos hacia otras religiones y movimientos Nueva Era: retos en el continente.

ara el fallecido Juan Pablo II, América representó siempre “el continente de la esperanza”. En este subcontinente, el nuevo Papa se enfrentará con una grey que ha experimentado el avance de otras prédicas cristianas.

Los dos principales retos, en el continente, son el avance del protestantismo, especialmente de movimientos pentecostales, entre las clases medias y bajas, y la exigencia de respuestas sociales.

Las cifras de fieles que se pasan a otras ramas del cristianismo preocupan a la Iglesia católica, e incluso en algunos países de Centroamérica se baraja la posibilidad de que naciones tradicionalmente católicas terminen siendo protestantes.

En América Latina hay unos 528 millones de católicos, de ellos, 150 millones en Brasil, uno de los países donde más rápidamente avanzan las iglesias evangélicas y donde mayor repercusión tienen los movimientos eclesiales católicos vinculados a la acción social.

El otro foco geográfico donde se produce un auténtico chorreo de fieles es Centroamérica, especialmente en países como El Salvador, Guatemala y Honduras. La región espera un cambio en la visión que desde Roma se tiene de su labor.

Los protestantes en América Latina eran apenas 50 millones a comienzos del siglo XX y ahora rondan los 100 millones, según las propias iglesias protestantes.

La Iglesia católica también enfrenta un fenómeno reciente que se da: el paso de fieles a otras creencias vinculadas con movimientos agnósticos, esotéricos y nueva era promovidos desde EUA.