AFP/LA PRENSA PREPARATIVOS. Trabajadores ultiman detalles en la plaza de San Pedro para la entronización de Benedicto XVI. Se espera la llegada de miles de fieles y dignatarios al evento.


Roma se prepara para inauguración

Roma/Agencias
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A la ceremonia se espera que asistan cientos de dignatarios y medio millón de feligreses. No descartan que el Papa quiera pasear entre la multitud.

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La seguridad italiana

 

Con ocasión de la misa en la que Benedicto XVI asumirá oficialmente la dirección de la Iglesia católica, las autoridades italianas han aumentado las medidas de seguridad.

El espacio aéreo sobre el Vaticano permanecerá cerrado en un radio de ocho kilómetros entre las 8 de la mañana y las 4 de la tarde.

El diario italiano “Il Messaggero” dijo que unos 10 mil policías serán emplazados en las calles de Roma para garantizar la seguridad.

La Fuerza Aérea estadounidense volverá a poner a disposición aviones de reconocimiento para evitar un eventual atentado terrorista desde el aire.

Ocho puestos médicos, 60 ambulancias, un centenar de médicos, entre 200 y 300 enfermeras, a los que se sumarán 500 voluntarios, se ocuparán de las urgencias sanitarias.

Roma aceleró ayer los preparativos para la consagración oficial del papa Benedicto XVI en una misa al aire libre que se celebrará en la plaza de San Pedro y a la que se espera asistan cientos de dignatarios y medio millón de feligreses.

Entre los peregrinos, las autoridades esperan que lleguen a la plaza unos 100 mil ciudadanos de Alemania, país de origen del pontífice.

Aunque la multitud no alcanzará a los 3 millones de fieles que colmaron la capital italiana tras la muerte de Juan Pablo II, es suficiente para que las autoridades implementen algunas medidas, entre ellas un estricto plan de seguridad.

“Roma se está preparando para otro desafío extraordinario”, declaró ayer el alcalde Walter Veltroni. “El éxito de los planes implementados en las últimas semanas, en condiciones aún más difíciles que las actuales, nos alienta.”

Posible sorpresa

Los responsables de seguridad no descartan que Benedicto XVI decida sorprender a los fieles y se pasee entre la multitud después de la misa que se celebrará a las 10:00 a.m., hora local, en la plaza de San Pedro.

Los funcionarios planean instalar pantallas gigantes en el Vaticano para permitir seguir la ceremonia a los peregrinos que no puedan llegar a la plaza de San Pedro.

“Estamos tranquilos”, dijo Guido Bertolaso, titular del Departamento de Protección Civil.

Esta misa marcará oficialmente el inicio del pontificado de Benedicto XVI, que recibirá en la ceremonia dos de los signos visibles de un papa: el palio o larga estola que se usa en las celebraciones y su propio Anillo del Pescador.

Por último, se prevé que los fieles aprovechen también para acercarse hasta la tumba del fallecido Juan Pablo II, en la basílica de San Pedro, que ha sido visitada por miles de peregrinos.


Los dignatarios anuncian viaje al Vaticano

Cuatro países latinoamericanos anunciaron que enviarán a sus presidentes al Vaticano para asistir a la consagración del papa Benedicto XVI, mientras que otras naciones del área estarán representadas por altas figuras de sus gobiernos.

Entre los gobernantes latinoamericanos que estarán presentes el domingo se encuentran el presidente de El Salvador, que ayer partió hacia el Vaticano, al frente de la delegación oficial.

Asimismo, estarán presentes el gobernante de Argentina, Néstor Kirchner; el de Colombia, Álvaro Uribe, y el de Paraguay, Nicanor Duarte.

El presidente hondureño, Ricardo Maduro, había anunciado su viaje a la consagración papal, pero suspendió su salida por enfermedad.

Destaca además la importante delegación de Alemania, el país natal del nuevo Papa, encabezada por el canciller, Gerhard Schroeder, y el presidente, Horst Koehler, y que también incluirá al hermano mayor del pontífice, Georg Ratzinger.

También viajarán a Roma los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, además de Jeb Bush, gobernador de Florida y hermano del presidente estadounidense, George W. Bush.

La presencia de delegaciones oficiales será mucho menor que durante los funerales de Juan Pablo II; sin embargo, todos ellos serán recibidos por el nuevo Papa tras la ceremonia. La Santa Sede adelantó un día estas audiencias, inicialmente anunciadas para el lunes por la mañana.