En El Salvador, la Iglesia católica celebró ayer una misa en honor del estreno de Benedicto XVI como monarca de la Iglesia.

En la homilía, monseñor Miguel Morán, el obispo de la diócesis explicó que una de las tareas del nuevo papado es mantener la tradición mantenida por años por la Iglesia.

“No podemos, en nombre de un falso modernismo, aceptar el aborto, el uso de preservativos, el homosexualismo, que como las guerras y otros males que van contra la vida aquejan al mundo”, dijo el sacerdote.

El nuncio apostólico, Giancinto Berlocco, dio la bienvenida oficial al nuevo pontífice. “Mañana (hoy) celebramos de forma oficial el comienzo del nuevo padre, este nuevo pastor que el Señor nos ha dado”, dijo en referencia a Benedicto XVI.

A la Catedral Metropolitana asistieron miembros del cuerpo diplomático y representantes de dos de los tres poderes del Estado. El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Agustín García Calderón, y la vicepresidenta del país, Vilma de Escobar, ocuparon los asientos reservados.

Aunque fueron invitados, ninguno de los 84 diputados llegó a la convocatoria de la Iglesia. Las bancas reservadas para las altas autoridades del país permanecieron vacías y fueron ocupadas por los feligreses.

En las afueras de la catedral, un pequeño grupo de salvadoreños vio en pantalla gigante la celebración de la eucaristía. Más de cien sacerdotes de todo el país y al menos 50 religiosas ocuparon las alas de la Catedral Metropolitana.