Inicia el pontificado de Benedicto XVI

Agencias
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Su misa de entronización se realizó ante 350 mil fieles que abarrotaron la Plaza de San Pedro.


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Decenas de miles de peregrinos, 350 mil según el Vaticano, se unieron a jerarcas religiosos y líderes mundiales, durante la misa de investidura de Benedicto XVI, una ceremonia que da inicio formal al papado del Sumo Pontífice número 265.

El pontífice incluyó en su homilía un mensaje para los judíos, para los creyentes y para los no creyentes, y pidió las plegarias de los peregrinos y dignatarios reunidos en la Plaza de San Pedro.

El ex cardenal Joseph Ratzinger, conocido como la mano férrea que resguardaba la ortodoxia eclesiástica, dejó claro en su homilía que, como Papa, escuchará junto con la Iglesia la voluntad de Dios, para encabezar a los mil 100 millones de católicos del mundo.

"Mi programa real de guía no consistirá en hacer mi propia voluntad ni en defender mis propias ideas, sino en escuchar, junto con toda la Iglesia, a la palabra y la voluntad del Señor, en ser guiado por él de modo que él mismo dirija a la Iglesia en este momento de nuestra historia", dijo Benedicto en su homilía, leída en italiano.

Vestido con una túnica dorada y sujetando su báculo pastoral, Benedicto comenzó la ceremonia mediante una procesión hasta la gruta de la Basílica de San Pedro, donde se cree que fue sepultado el apóstol Pedro, para rendir homenaje al primer Papa y bendecir su tumba con incienso, mientras un coro cantaba.

En uno de los momentos más simbólicos de la misa de dos horas, Benedicto recibió el Anillo de Pescador y un palio. Ambos son símbolos de la autoridad papal. El anillo lleva grabada una imagen de Pedro, quien extiende sus redes de pescador, y era usado tradicionalmente para lacrar las epístolas.

El palio, una estola de lana blanca y cinco cruces bordadas en hilo de seda, simboliza la misión del papa como pastor a cargo de su rebaño. La prenda está ribeteada por tres alfileres de oro, que simbolizan los clavos de la cruz en que murió Jesús. El color rojo de las cruces representa la sangre de Cristo.

Luego, 12 personas, quienes simbolizaban los 12 discípulos de Jesús, formaron una fila y juraron obediencia al Papa, arrodillados ante él y besando su anillo. Benedicto agradeció a cada uno.

El Papa, quien parecía cansado y tosió en varias ocasiones, fue interrumpido por los aplausos, varias veces durante su homilía, particularmente cuando mencionó a su antecesor Juan Pablo II.

"Y ahora, en este momento, como el humilde servidor de Dios que soy, debo asumir esta tarea enorme, que rebasa verdaderamente toda capacidad humana", dijo.

Al final, desfiló en un papamóvil descapotado en el interior de la plaza de San Pedro, fuertemente custodiado, ante los fieles que le aplaudían o trataban de saludarlo.