Los latinos, que en algún momento pensaron en un papa de la región, también estuvieron en la plaza de San Pedro.

iles de personas alrededor de la Tierra pudieron seguir en directo la ceremonia de entronización del papa Benedicto XVI realizada ayer en el Vaticano.

No en balde, un ejército de 4 mil periodistas se había instalado en los últimos días en Roma para informar al mundo sobre la asunción del cardenal Joseph Ratzinger al trono de San Pedro.

Las grandes cadenas transmitieron en directo la ceremonia, a la que asistieron 350 mil fieles y 50 mil más que pudieron seguir los actos a través de las pantallas gigantes instaladas en los alrededores de la plaza de San Pedro.

Entre los presentes, se encontraban miles de oriundos de Latinoamérica, que viajaron especialmente para la ocasión. Sin embargo, algunos no podían esconder su decepción al deber postergar el sueño del papa latinoamericano.

“Hubiera sido maravilloso estar aquí este domingo con un papa que hablara español. No es nacionalismo, es una forma de reconocer a la Iglesia de Latinoamérica”, explicó la mexicana Mónica Guerrero, ondeando su bandera nacional.

“En el fondo, da igual de donde sea el Papa. Lo importante es que tenemos uno y muy bueno. La próxima vez, tal vez Latinoamérica pueda ofrecer un religioso como él”, explicó a su vez Adriana Vélez, de Colombia.

Misas en la región

En Latinoamérica, también hubo actos religiosos para celebrar el inicio del pontificado del papa alemán Benedicto XVI.

En Guatemala, la ceremonia estuvo presidida por el nuncio apostólico, Bruno Mussaró, y en su homilía destacó los ataques que ha recibido la Iglesia católica en torno a la supuesta línea conservadora del cardenal Joseph Ratzinger sobre temas religiosos.

Al sur, en Argentina, los obispos encabezaron las misas por el inicio del pontificado de Benedicto XVI y pidieron a los feligreses que recen para que la misión del nuevo Papa rinda frutos a la Iglesia.