Aquellos que conocen a Joseph Ratzinger sostienen que no tomará sus decisiones pensando en complacer a las masas.

Algunas claves sobre su propio pontificado deberían esclarecerse en los próximos meses, cuando, desde su nueva oficina, el Papa aborde temas que han sido delicados para la Iglesia.

A diferencia de otros papas que llegaron desde afuera, Benedicto conoce muy bien el funcionamiento del Vaticano porque ha pasado allí más de dos décadas y no necesita a nadie que lo guíe para interiorizarse sobre cómo trabaja la burocracia.

Aunque tiene tras de sí la sombra de Juan Pablo II, Benedicto parece sentirse cómodo saludando y bendiciendo a las multitudes que se forman rápidamente cuando aparece afuera de las paredes del Vaticano. Parece también interesado en mantener los esfuerzos de acercamiento con las iglesias ortodoxas que rompieron con la Iglesia romana debido a diferencias por la autoridad papal y a disputas sobre la liturgia.

Ya en su primera homilía, el nuevo Papa hizo un llamado de unidad entre las iglesias cristianas de oriente y occidente.

Documentos en el tintero

Reportes periodísticos adelantan, además, que el Vaticano de Benedicto XVI se prepara para difundir un documento sobre el sacerdocio que ha trabajado durante más de cinco años.

Hay también una propuesta para canonizar al papa Pío XII, que reinó durante la Segunda Guerra Mundial, y ha estado bajo estudio desde hace años. Algunos grupos judíos se han opuesto a la idea, al considerar que Pío XII no hizo lo suficiente para evitar y condenar el Holocausto.

Además, hay una normativa de la Iglesia estadounidense que les da a los obispos mayores poderes para disciplinar a sacerdotes que comentan abusos sexuales y que se extendió temporalmente más allá del 1.º de marzo. Francis George, cardenal de Chicago, dijo que el Papa indicó que la preservará.