El Salvador fue el único país centroamericano presente en el saludo que el nuevo pontífice hizo, uno por uno, a todos los jefes de Estado y de gobierno reunidos al término de la ceremonia de ayer. Un contraste, ya que Antonio Saca fue el único presidente de la región que no asistió a los funerales de Juan Pablo II.

La inesperada ausencia del presidente de Honduras, Ricardo Maduro, hizo que fuera Saca quien presentara sus respetos al Papa y hablara con Benedicto XVI en nombre del istmo.

“El Papa sabe que Centroamérica está pasando un tiempo de democracia, y se mostró muy receptivo a la invitación que le hice para visitar El Salvador y el resto de la región”, aseguró Saca al término del encuentro, durante el cual el presidente habló en español y Joseph Ratzinger respondió en italiano. “Me dijo que simpatizaba con la idea de visitar nuestro país y que esperaba que su agenda se lo permitiera”, aseguró Saca.

Cerca de latinos

El presidente de la República, que acudió a la celebración acompañado de la primera dama, Ana Ligia de Saca, detalló que en la conversación entre ambos le expresó al Papa “admiración por su humildad e ilusión por su trabajo pastoral en favor de la unidad de la Iglesia”.

“Él, respecto a El Salvador, me dijo que cree en la paz, en la paz duradera y que crece basada en la fuerza de Cristo. También me compartió que quiere acercarse mucho a América Latina”, recordó Saca.

Respecto a la homilía del nuevo pontífice católico, el mandatario destacó su mensaje “de cercanía”, aunque según él se mostró “fogoso” al defender algunos argumentos doctrinales.

“Benedicto XVI se va a dedicar a profundizar en temas de fe, y sus referencias a Juan Pablo II le favorecen, por la humildad con que sucede a un papa tan grande”, consideró el presidente.