Las condiciones clínicas del Santo Padre siguen siendo gravísimas, dijo el Vaticano al filo de las 7 de la noche, según su versión oficial en español. A última hora de esta mañana tenía fiebre alta. Cuando se le pregunta, responde correctamente a las preguntas de los que conviven con él.

Se informó que el pontífice de 84 años tenía fiebre elevada el jueves por la noche, cuando el Vaticano atribuyó su gravedad a una infección urinaria que desembocó en falla cardíaca e insuficiencia renal.

La Santa Sede no dijo si la fiebre se mitigó en algún momento o si la que se registró el sábado por la mañana era un nuevo ataque.

En el momento en que se emitió el comunicado se encendió una luz en los aposentos papales en el tercer piso frente a la Plaza de San Pedro, donde a esa altura había unas 40.000 personas.

El vocero papal Joaquín Navarro Valls había dicho antes que Juan Pablo no estaba en coma y que abría los ojos cuando le hablaban. Pero agregó que desde el alba ha habido indicios de que su conciencia está afectada.