El final de una era ¡ ADIÓS, Juan Pablo II! El que fuera líder espiritual de más de 1 mil 100 millones de católicos en todo el mundo dejó de existir ayer a la 1:37 de la tarde, hora salvadoreña. Es el final de 26 años de pontificado, el tercero más largo en la historia de la Iglesia católica. |
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Terminado el último misterio del Rosario, a las 9:39 de la noche, el cardenal Leonardo Sandri interrumpió el rezo para hacer el anuncio: “Nuestro padre santo, Juan Pablo II, ha retornado al hogar del Padre”, la fórmula que el mismo Karol Wojtyla había escogido para que se anunciara su muerte. Casi 60 mil fieles reunidos en la plaza de San Pedro enmudecieron. Se hizo un profundo silencio. Muchos lloraron, hombres, mujeres, de todas las edades. Esos eran ya los primeros minutos del duelo que recién comienza por Juan Pablo II, fallecido ayer a los 84 años de edad, tras una larga enfermedad que ensombreció el final del tercer pontificado más largo de la historia. “El Santo Padre ha muerto esta noche a las 21:37 (1:37, hora de El Salvador) en su apartamento privado”, anunció sobre las 10 de la noche romana Joaquín Navarro Valls, que fue durante 21 años el portavoz del líder espiritual de los 1 mil 100 millones de católicos. El anuncio oficial se dio aproximadamente una hora después del deceso del pontífice, tiempo en el cual el cardenal camarlengo, Eduardo Martínez Somalo, efectuó el reconocimiento oficial del cuerpo sin vida de Juan Pablo II y un segundo funcionario, el maestro de Cámara, rompió el Anillo de Pescador, símbolo del fin del reinado de Karol Wojtyla. Poco antes del comunicado oficial del fallecimiento de Juan Pablo II, se habían apagado las luces de las dependencias del Papa, en el tercer piso del Palacio Apostólico del Vaticano, y se volvieron a encender de repente, señal que indicaba a los cardenales que ya podían dar la noticia. El cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado del Vaticano, entonó a continuación el “De profundis”, tras el cual los fieles estallaron en un sentido aplauso de homenaje al hombre que batió todos los récord durante su mandato al frente de la Iglesia católica. El inicio del duelo La campana mayor de San Pedro empezó a sonar para anunciar al mundo la noticia de la muerte del Papa, y el mismo tañido fúnebre resonó en los cientos de iglesias diseminadas por toda la ciudad. El Papa murió de insuficiencia cardíaca y renal después de haber sido hospitalizado dos veces en dos meses. Pocas horas antes, el Vaticano había dicho que su estado de salud se había complicado tras un repentino aumento de su fiebre. El cuerpo de Juan Pablo II será expuesto en la basílica de San Pedro no antes de la tarde del próximo lunes, según se conoció anoche en Roma. En el transcurso de la noche sería trasladado a la sala Clementina del Palacio Apostólico. Afuera, en la plaza, las reacciones eran tantas como visitantes albergaba el recinto. “Es uno de los ambientes más extraños que he vivido”, decía Humberto Chacón, un mexicano de 29 años que estudia Teología en Roma. “Esperábamos la noticia, pero sentimos que no estábamos preparados para lo inevitable”.
Últimas palabras del pontífice Estoy contento, estadlo vosotros también, escribió Juan Pablo II antes de comenzar su agonía. Juan Pablo II preparó todo y pensó en todo: quién sería el que destruya el anillo papal, quién informaría al mundo de su muerte, cuánto tiempo durará el duelo. Meticuloso y obsesionado con los detalles, el Papa dejó todo escrito. Pero poco antes de que comenzara su combate con la muerte, el Papa consiguió escribir una pequeña nota. Con mano temblorosa escribió un par de frases breves dirigidas a las monjas y a los curas polacos que le asisten desde hace muchos años. Un par de frases humanas, que dicen más del Papa que un millar de análisis teológicos. Una de las frases es: Estoy contento, estadlo vosotros también. Mensaje a los jóvenes El pontífice también envió un mensaje a los jóvenes antes de su muerte. El español Navarro Valls informó en el parte médico de la mañana que el viernes el Papa había tratado de decir algunas palabras con mucho esfuerzo. El vocero del Vaticano informó que al reconstruir sus palabras se dieron cuenta que iban dirigidas a los jóvenes: Os he buscado. Ahora habéis venido a verme. Y os doy las gracias.
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