Los presidentes de la República, de la Asamblea Legislativa y de la Corte Suprema de Justicia mostraron su pesar por la muerte de Juan Pablo II y coincidieron en calificarlo como un personaje necesario para que El Salvador lograra poner fin a doce años de guerra civil.

“En uno de los pasajes más duros de nuestra vida como nación, su santidad nos trajo su mensaje de amor y de reconciliación, nos trajo la más fuerte dosis de esperanza en el momento que más la necesitábamos”, recordó el presidente Antonio Saca durante su visita a la Nunciatura Apostólica, sede del Vaticano en el país.

Saca aprovechó la visita para revelar que en los próximos días se seleccionará una comisión oficial que asistirá a los eventos fúnebres en Roma.

“Analizo la posibilidad de encabezar esa misión, pero algo es seguro: será una misión del más alto nivel”, recalcó el mandatario después de firmar el libro de condolencias que varios de sus funcionarios signaron en la sede diplomática.

El presidente de la Asamblea Legislativa, Ciro Cruz Zepeda, recordó que el Papa fue testigo y colaborador de cambios históricos en el mundo.

“Uno de sus máximos logros fue el derrumbe del bloque soviético y del muro de Berlín. Se fue en el momento menos indicado, necesitamos de gente como él”, enfatizó Zepeda.

El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Agustín García Calderón, aseguró, por su parte, que el ámbito jurídico tiene mucho que agradecerle al Papa. “Nos mostró la verdad y la justicia. Nos recordó que no existe paz, sin justicia”, opinó García Calderón.