Los desafíos del nuevo Papa

Ciudad del Vaticano/Reuters
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Su nombre aún no se conoce, pero sí la mayoría de las discusiones que deberá afrontar. Temas como el celibato, la homosexualidad o la más activa participación de la mujer están sobre la mesa.

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Convivencia con otras religiones
Pocos dudan de que Juan Pablo II fue el Papa más abierto a otras religiones, pero este es también uno de los asuntos sobre los que más deberá trabajar su sucesor.

Entre todas las religiones, será las relaciones que se tienen con los musulmanes el asunto más importante para el próximo Papa, adelantó en 2003 el cardenal francés Paul Poupard, jefe del Consejo para la Cultura del Vaticano.

Este tema ha tomado varias formas, incluyendo enfrentamientos entre grupos musulmanes y cristianos en África, así como problemas de libertad de culto para los cristianos en países mayormente musulmanes.

Al pedir igualdad de derechos para profesar su fe, los inmigrantes musulmanes en Europa y América del Norte han afectado el delicado balance religioso, y desafían a las religiones establecidas allí, como el catolicismo.

Se calcula en 1 mil 300 millones el número de personas que profesan la religión musulmana.

La idea más mencionada es la de un Papa de transición, es decir, no joven como Wojtyla que tenía 58 años cuando fue elegido.”
Del periódico italiano “La Reppublica”

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Quienes tienen la potestad de elegir al Papa.

Siguen las cábalas

 

En círculos periodísticos especializados ya se barajan los nombres de los cardenales con más posibilidades de sustituir a Juan Pablo II. En Roma ya comienza a cerrarse el círculo de papables con opciones, y se da por hecho que la disputa estará entre Italia, país que tiene 21 cardenales, y Latinoamérica, con 22. Estos son cuatro de los nombres que más se oyen, pero no hay que olvidar lo que en el Vaticano se da por hecho para desmentir favoritismos: “Quien entra como Papa en el cónclave, sale cardenal”.

Dionigi Tettamanzi

Es arzobispo de Milán, tiene 71 años y está considerado como reformista moderado. Cercano a Juan Pablo II, trabajó con él en los documentos sobre la familia y la bioética. Es la gran baza italiana.

Giovanni Battista Re

También italiano y de 71 años, es considerado uno de los cardenales más experimentados de la curia. Teológicamente es más bien moderado, pero se pronuncia a favor de una descentralización de poder.

Óscar Maradiaga

Arzobispo de Tegucigalpa, estudió en El Salvador, país que visita con relativa frecuencia. Pese a tener “solo” 62 años, ya fue presidente del Consejo del Episcopado Latinoamericano (CELAM).

Darío Castrillón

Colombiano y responsable de los sacerdotes en el mundo, es otro posible sucesor. Nacido en el seno de una sencilla familia en 1929, ha reprendido a guerrilleros, narcotraficantes y políticos corruptos.

Puede que los cardenales de la Iglesia católica no sepan aún a quién elegirán como el próximo Papa, pero ya tienen una idea de los problemas que le tocará enfrentar.

Durante sus más de 26 años de pontificado, Juan Pablo II reafirmó la doctrina ortodoxa y el liderazgo del Vaticano sobre los 1 mil 100 millones de católicos de todo el mundo, para deleite de los más conservadores y las quejas de quienes propugnaban algunas reformas.

El pontífice polaco completó casi todos los lugares del Colegio de Cardenales con hombres afines a su pensamiento con lo que favorece las probabilidades de que su sucesor sea también un conservador.

Sin embargo, los tiempos y las personalidades cambian, y los nuevos papas pueden sorprender incluso a aquellos cardenales que lo hayan elegido. Más allá de quién resulte elegido, los funcionarios eclesiásticos opinan que enfrentará desafíos en los siguientes temas.

División norte-sur

El centro de gravedad de la Iglesia pasó durante el siglo XX de Europa al Tercer Mundo, con un 62% del total de los católicos viviendo en la actualidad en Latinoamérica, África y Asia.

Esas iglesias enfatizan en la justicia social y piden un alivio a la deuda con más firmeza, aunque son generalmente más ortodoxas acerca del celibato, los rituales litúrgicos y el papel de la mujer. La pregunta es si una Iglesia más “al Sur” podría alejar a aquellos feligreses que esperan políticas más liberales después del largo papado conservador de Juan Pablo II.

Dentro de los próximos 10 a 20 años, los ancianos clérigos católicos enfrentarán una dramática disminución en sus filas, a medida que los obispos mueran o se retiren. El promedio de edad de los sacerdotes católicos está hoy día por encima de los 60 años.

Los liberales dicen que esas reglas tradicionales desalientan a quienes tienen vocación, y piden reformas, incluyendo el matrimonio y la posibilidad de nombrar sacerdotisas.

Celibato

La falta de clérigos y el escándalo ocasionado por los sacerdotes implicados en casos de abuso sexual a niños han impulsado a los reformadores a reclamar la finalización de la antigua tradición del celibato. Sin embargo, la Iglesia valora el celibato como un don de Dios que libera a los sacerdotes para dedicar sus vidas por completo al servicio de Él.

Los conservadores mantiene que son las fallas personales, y no el celibato per se, las que llevan a los sacerdotes descarriados al pecado.

En cuanto a la moral sexual de los feligreses, la encíclica “Humanae vitae”, redactada por el papa Pablo VI en 1968 y en la que se prohibía el control artificial de la natalidad, abrió un abismo entre la Iglesia y muchos feligreses.

Juan Pablo II predicó vigorosamente acerca de las virtudes de la castidad prematrimonial y de la planificación familiar natural, pero efectuó un avance mínimo. “Él no ha volcado a la gente a favor del control de la natalidad”, manifestó el padre Thomas Reese, de la revista jesuita América.

El Papa enfrentará también una creciente aceptación de la homosexualidad, a quienes el Vaticano considera “trastornados” y no aptos para ser consagrados.

Mujeres y laicado

La creciente igualdad entre los sexos en los países desarrollados ha impulsado a grupos de activistas a quejarse porque la Iglesia mantiene su negativa a aceptar la ordenación de mujeres.

A medida que los sacerdotes se vuelven poco comunes, los laicos han asumido cada vez más y más tareas parroquiales. A los tradicionalistas no les gusta esta tendencia y han tratado de reafirmar el papel predominante del cura. Juan Pablo II descartó la posibilidad de ordenar mujeres y hay muy poca perspectiva de que eso cambie.

Esto lleva a un distanciamiento cada vez mayor entre las mujeres y la Iglesia, que depende de ellas para transmitir la fe a los jóvenes.

Colegialidad

La “colegialidad” consiste en delegar la toma de decisiones desde el Vaticano a los sacerdotes del mundo. Esto se convirtió en tema recurrente durante el centralizado papado de Wojtyla.

Las reformas del Concilio Vaticano II tendían a involucrar más a los sacerdotes locales, pero Juan Pablo II dio marcha atrás. También desplazó a varios teólogos liberales de la enseñanza.

Funcionarios de la Iglesia afirman que ha habido un considerable descontento en las filas católicas por la falta de consulta entre el Vaticano y los diferentes sacerdotes alrededor del mundo.