“Es como si hubiera
muerto mi padre” Contrario a lo que hizo la mayoría de los otros 116 cardenales, Maradiaga es de los que decidió esperar al fallecimiento de Juan Pablo II para volar hacia Roma desde su natal Honduras. |
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El arzobispo de Tegucigalpa es, con 62 años, uno de los candidatos más “jóvenes” para suceder a Karol Wojtyla. Salesiano y con prestigio en la Santa Sede, Maradiaga suena como la principal baza latinoamericana, ideal si los cardenales se atreven a “deseuropeizar” a la Iglesia. En Roma se dice que tiene a su favor su carisma, su dominio de los medios de comunicación, su capacidad para hablar idiomas y su humanismo, fruto de haber convivido con la pobreza. En su contra, se citan algunas de esas mismas virtudes: demasiado joven tras un papado tan largo, demasiado periférico para una Iglesia todavía eurocéntrica, demasiado amigo de los pobres. Su nombre es uno de los que está sonando con más fuerza para suceder a Juan Pablo II. ¿Qué opinión le merece esa posibilidad? Me da alegría porque así se conoce algo de Honduras. No es por mí la satisfacción, sino por Honduras, ya que a veces lo único que se sabe es que hubo una matanza en Chamelecón, de las maras y una infinidad de cosas malas. ¿Qué sigue ahora que ha fallecido el Sumo Pontífice? Yo creo que, como nos ocurre a todas las familias cuando un padre muere, deja un legado, una herencia. En este caso su herencia no es material, sino una herencia espiritual. El mejor homenaje que podemos hacer en su memoria es que llevemos a la práctica todas sus enseñanzas y su magisterio. ¿Y cuál es el legado que ha dejado? El Santo Padre Juan Pablo II es un gigante y resumir a un gigante en pocos minutos es imposible. El Papa ha sido el vicario de Cristo en la Tierra, y nos deja una misión: no hay que temer vivir en la verdad porque la verdad es la que nos hará libres. Es la primera vez que Honduras estará presente en la elección de un papa. ¿Qué representa esto para usted, considerando además que existe la posibilidad de que sea el sucesor? La realidad es que aún no he pensado en eso. Lo voy a pensar cuando entremos en el cónclave y estemos en oración al Espíritu Santo, que será el único que va decidir quién será el próximo sumo pontífice. Yo marcho ahora en un gran dolor interno porque es como si hubiera muerto mi padre, pero en el silencio meditativo de oración. ¿Qué procede para los próximos días en la Santa Sede? Tendremos primero el novenario por el Santo Padre, su sepelio y posteriormente, cuando venga la convocatoria para el cónclave, comenzaremos. ¿Cuáles serán los desafíos eclesiásticos del nuevo papa? No es difícil porque el mismo Juan Pablo II los señaló. Los desafíos están ahí, pero hay uno que es el campo de la biogenética, de la manipulación genética, la clonación de seres humanos. Todos los problemas morales de la congelación de embriones, aspectos que tocan cosas que van más allá de lo que es el ser humano, que quiere hacerse Dios y que quiere manipular la vida. ¿Hay posibilidades de que el nuevo pontífice se anime a interceder en temas como los precios del petróleo? Yo creo sin duda que, siendo el sumo pontífice un pastor de todo el mundo y alguien que conoce de primera mano los pueblos de la Tierra, tendrá que emprender esa batalla por la justicia, porque no es justo que un grupo de países productores simplemente quiera tratar a todos de la misma forma. ¿Cuando viaja hacia Roma? Bueno, prefiero por ciertas razones, no darlo a conocer, pero será muy pronto. |