Españoles a cargo en la Santa Sede

Roma/DPA, AFP y “El País”
mundo@laprensa.com.sv

Joaquín Navarro Valls fue el primer laico en dirigir la oficina de prensa del Vaticano. Llegó al cargo en 1984 y contribuyó ampliamente para que Juan Pablo II se ganara el apodo de “gran comunicador”.


Imprimir esta nota Enviar esta nota Opinar sobre este tema


Los españoles mantienen puestos clave en el Vaticano después de la muerte de Juan Pablo II: el cardenal Eduardo Martínez Somalo y el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls.

El español Navarro Valls fue el primer laico que llegó en 1984 al puesto de director de la oficina de prensa de la Santa Sede, un cargo de título modesto que equivale, en realidad, al de subsecretario de Información y portavoz del Papa.

Desde entonces, se convirtió además de vocero en responsable de relaciones públicas, consejero, editor y hasta en todo un embajador del romano pontífice. Sin duda, contribuyó ampliamente a que Juan Pablo II se ganara el apodo de “gran comunicador”.

Sin embargo, el portavoz de papa más mediático que ha tenido la Iglesia católica y uno de los laicos más poderosos del Vaticano, Navarro Valls, tendrá que preparar sus maletas. El vocero así como los más cercanos colaboradores de Juan Pablo II quedaron cesantes de sus cargos al momento de su fallecimiento.

Antiguo periodista

Hasta 1984, cuando fue llamado al servicio del Papa, el doctor en Psiquiatría nacido en Cartagena, España, se desempeñaba como corresponsal del diario madrileño “ABC” para Roma y el Vaticano y presidía la Asociación de la Prensa Extranjera en Italia.

“Quico”, como le llaman familiarmente, pertenece al Opus Dei, una de las organizaciones católicas que más apoyo han recibido de Juan Pablo II en sus casi 27 años de pontificado. Como miembro numerario, Navarro Valls se ha comprometido a vivir el celibato.

Su aprecio por Karol Wojtyla se puso de manifiesto una vez más en las últimas semanas, cuando Navarro, refiriéndose al estado de salud del pontífice, abandonaba cada vez más el tono diplomático que lo ha caracterizado en las últimas dos décadas y luchaba para contener sus sentimientos.

“Seguro que es una imagen que no he visto en muchos años”, aseguró el español poco antes de la muerte del pontífice. En la noche del sábado, comunicó vía SMS a algunos periodistas selectos la muerte del Papa y después evitó comparecencias públicas, enviando información a través de comunicados escritos. “Navarro mantuvo la compostura hasta el final y luchó para contener las lágrimas”, aseguró una fuente vaticana tras la muerte de Juan Pablo II.

Desde hace años, se ha especulado acerca de qué hará Navarro Valls después de la muerte de Juan Pablo II. En círculos eclesiásticos, se asegura que el Papa, para después de su muerte, se encargó de buscarle una colocación para el que ha sido uno de sus más estrechos colaboradores. No obstante, con 68 años, Navarro superó ya ampliamente la edad acostumbrada de jubilación.