“La Iglesia seguirá la línea de Juan Pablo II”

Adriana Valle/Margarita Funes

Eugenio Hoyos, el sacerdote más influyente entre los católicos hispanos residentes en el área de Washington, habla sobre Juan Pablo II y el rumbo de la Iglesia después de su muerte.

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Su dolor fue un ofrecimiento que hizo el Papa por cada uno de nosotros para nuestra salvación.”

José Eugenio Hoyos, párroco de la iglesia La Sagrada Familia, en Dale City, Virginia, en la que se congregan cientos de salvadoreños, estuvo cerca del papa Juan Pablo II en varias ocasiones. El sacerdote lo describe como una fuente de inspiración, y habla sobre la importancia del papado de Juan Pablo II, sus posibles sucesores y la línea de pensamiento que podría seguir la Iglesia católica luego de la muerte de su máximo jerarca.

¿Cómo calificaría el papado de Juan Pablo II?

Ha sido uno de los papados más interesantes de la historia. Él ha dado de qué hablar a la humanidad, sobre todo por la particularidad que tuvo de influir en todas las ideologías: comunistas, socialistas y capitalistas.

Ha sido un hombre de una línea conservadora, un gran vocero, un hombre que ha dejado el Vaticano para estar con su rebaño, con su pueblo, visitando los demás países.

A él se le debe la caída del muro de Berlín, la democratización de Polonia, Rusia y otros estados grandes. Fue una persona que le tocó fuertemente el caso de Monseñor Romero, porque lo admiraba y porque llegaron a tener una buena comunicación como grandes jerarcas de la Iglesia.

Tras conocer una lista de los papables, ¿cuál es el cambio más inmediato que se prevé en la Iglesia católica?

La línea que se va a seguir dentro de la Iglesia tiene que ser la línea que ha llevado Juan Pablo II, porque después del pontificado más largo de la historia no se puede aflojar tan rápido. Podría haber un remezón muy grande dentro de la Iglesia católica.

Es la línea que tiene que seguirse, pero, ¿realmente lo va a hacer la Iglesia?

Se va a seguir la misma línea ideológica del papa Juan Pablo II, pero con unas adaptaciones al mundo actual.

El nuevo Papa tiene que escuchar más la problemática de la mujer, los cambios que el mundo está teniendo, tiene que meterse más a la problemática mundial, (como) el sida y cuestiones de prevención, cómo va a llegar a la gente con nuevos métodos que no lastimen la enseñanza de la Iglesia, pero que sean más manejables.

No podemos tener un ultraconservador ni un liberal, porque no estamos en ese proceso; la gente busca un Papa humano y santo. Además, creo que estamos listos para uno latinoamericano.

¿A quién ve como favorito?

Hay varios, hay un austríaco, un alemán y un italiano. Ellos son los tres favoritos, más los dos latinoamericanos. Ellos (los que tienen a su cargo la elección del Papa) miran entre todos los cardenales cómo están haciendo su trabajo y votan en silencio. Aunque no hacen campaña política, ven los dones y los talentos de cada persona. Esta va a ser una de las elecciones más interesantes en todo el papado de laIglesia.

¿Cuál es el contexto actual que hace a esta elección diferente?

El papa Juan Pablo II tuvo una cierta apertura de países con los que anteriormente no se tenía, y en estos momentos la Iglesia ha tomado más fuerza. Además de eso, la cantidad de personas que pudieran ser elegidas son personas muy capacitadas. Para que existiera la resurrección, existió una cruz. Después de esta cruz que vivió el Papa antes de morir, viene una resurrección grande para la Iglesia, va a haber reformas buenas.

¿La transición de un nuevo Papa podría perjudicar a la Iglesia?

La Iglesia sigue funcionando bien, porque es como un panal de abejas, es una gran perfección. Tiene unos buenos asesores, está bien establecida y se siguen las normas hasta que viene un nuevo Papa, aunque sí se va a sentir el vacío del papa Juan Pablo II.

¿Qué significó para la Iglesia ser testigo de la enfermedad tan larga y dolorosa del Papa?

Yo creo que para nosotros es una gran demostración de fortaleza ante el mundo. El Papa podría haberse retirado, pero él entendió que su sacerdocio era hasta el final, hasta la muerte. Igual que hizo Jesús, él terminó su ministerio hasta la cruz. El dolor fue un ofrecimiento que hizo el Papa por cada uno de nosotros para nuestra salvación. Desde que nació hasta su muerte fueron acontecimientos extraordinarios que para muchos pasaron desapercibidos, pero que ahora vamos a aprender a valorarlos.

¿Usted lo conoció?

Claro, cinco veces. Una vez en el Vaticano tuve una audiencia privada, luego lo vi en Colombia cuando yo estaba recién ordenado. Cuando uno lo tocaba, daba la impresión de tocar a un ángel, y le daba siempre un rosario, él o sus ayudantes. El Papa fue extraordinario, a mí me impulsó a ser un buen sacerdote.