Salvadoreños recuerdan
al pastor Pontífice es recordado como figura importante por su contribución a la firma de la paz en 1992. |
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La tristeza reinó en las misas en que ayer se recordó a Juan Pablo II. El pontífice ha quedado en la memoria de muchos como figura importante y “determinante, que contribuyó a que se firmara la paz en el país” en 1992. “Él fue el hombre que luchó para traer la paz. En su primera visita, vino con esa idea al ver tanto sufrimiento que teníamos los salvadoreños”, aseguró Consuelo de Guerra, de 62 años y residente en la colonia Escalón. Los salvadoreños recordaban ayer el carisma especial con el que Juan Pablo II inundaba a cada nación a la llegaba. Karol Wojtyla dejó huella las dos veces que visitó la nación, en 1983 y en 1996. “El mensaje que trajo para todos fue que tratáramos de entendernos y que cesará toda violencia. En eso centró sus discursos”, afirmó el padre Juan Roberto Trejo, vicario cooperador de la parroquia Cristo Redentor, al hacer memoria de la primera visita de Su Santidad a El Salvador. “Su presencia y figura fue determinante para que se consolidará la paz”, agregó también Jorge Edgardo Vicente, residente de Cuscatancingo y quien asistió a misa en la basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en Antiguo Cuscatlán. Por lo manifestado ayer en las misas dominicales, es evidente el vacío que ha dejado el Papa. No solo se le recuerda como máximo representante de la Iglesia católica, sino también como un incansable luchador por la paz en el mundo. Muchos coincidieron en que el Sumo Pontífice tenía la cualidad de hacer vida el Evangelio y de hablar a cada país según su situación. Juan Pablo II caló en la memoria de los salvadoreños cuando, en 1983, en pleno apogeo de la guerra civil, pidió por el fin del conflicto. “Sed artesanos de la paz”, fueron las palabras que pronunció y grabó en la memoria del país. |