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A continuación se presenta un vistazo a algunos de los principios:

Un cardenal. Aunque en teoría cualquier varón católico bautizado puede ser elegido Papa, es casi seguro que será uno del colegio cardenalicio. Eso disminuye el número de candidatos a 183.

No demasiado viejo. Los cardenales no quieren tener que celebrar otro cónclave muy pronto. Se asume que no se tomará en cuenta a los que tengan más de 80 años, lo cual disminuye el número de candidatos a 117.

No muy enfermo. Se considera esencial que goce de cabal salud.

No demasiado joven. Después de que Juan Pablo II tuvo el tercer pontificado más largo de la historia, los cardenales podrían desear algo más breve. Esto podría dejar fuera a los 16 miembros del colegio menores de 65 años.

Que hable bien el italiano. Sea o no oriundo de Italia, el Papa es obispo de Roma y debe ser un líder creíble de esa grey. Además, el italiano es el lenguaje de la burocracia vaticana. También es muy deseable que domine otros idiomas.

Que no sea polaco. Aunque hubiera un polaco sobresaliente entre los candidatos _lo cual no es el caso_, el cónclave no le dará el papado a ese país dos veces seguidas.

Que no sea de Estados Unidos. Puede descartarse a los 11 cardenales estadounidenses con poder de voto, porque su país es la única superpotencia del mundo. Los católicos recuerdan a los pontífices franceses que parecían operar bajo la influencia de Francia y trasladaron el papado de Roma a Avignon (1308-1378).

Experiencia pastoral. Después de Pío XII (1939-58), todos los Papas han tenido experiencia en dirigir diócesis locales. Si este criterio se toma en cuenta, siete italianos quedan descartados.

Experiencia en Roma. Se considera útil que el Papa haya vivido en la capital italiana y conozca el funcionamiento del Vaticano.

Normalmente los Papas pertenecen al clero diocesano. Es poco probable que haya un pontífice de una orden religiosa, aunque no se descarta del todo.

Si se aplican todos los principios generales anteriores, se reduciría el número de candidatos aproximadamente a la mitad.

Sin embargo, con frecuencia hay sorpresas.