Tras los miles de peregrinos

Roma y plaza San Pedro regresan a la normalidad

José Luis Sanz / enviado especial
mundo@laprensa.com.sv

Plazas, monumentos y parques amanecieron ayer, un día después de las multitudinarias exequias, sin las clásicas filas de creyentes seguidores de Juan Pablo II.


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Recolección

250
toneladas de basura se han recogido en San Pedro.

Seguridad

2,500
agentes se han movilizado para asegurar circulación.

Abastecimiento

2
millones de botellas de agua mineral se repartieron.

Roma amaneció fría y triste ayer. En los alrededores del foro romano se paseaban grupos de turistas con paraguas, y el tráfico se hacía de nuevo veloz tras una semana de calles cortadas. Incluso la vía de la Conciliación, cuyas baldosas cubrieron por jornadas enteras peregrinos en cola o durmiendo en el suelo, era de nuevo de los vehículos. Tras el funeral de Juan Pablo II, las cosas de la Iglesia se vuelven a resolver a puerta cerrada, y la ciudad vuelve a desentenderse de la curia.

En la plaza de San Pedro, varios centenares de visitantes, unos con mochilas y arrastrando las banderas de los últimos días, otros evidentemente descansados, en rebaños organizados y guiados por un turoperador, agitaban la vista y hacían cola para entrar a la basílica. No podían ver la tumba del papa polaco ni la capilla sixtina, pero los mármoles del templo merecían la espera y el ritual control de seguridad, con detector de metales incluido, que desde hace años recibe a turistas.

“Nada especial... la asistencia normal de un sábado o un domingo”, aseguraba uno de los vigilantes del recinto mientras, en el centro de la plaza, junto al obelisco, que se ha convertido en un inmenso altar lleno de velas y mensajes de despedida, un pequeño tractor recogía sin prisa las vallas que habían servido para organizar a los peregrinos en sus largas esperas camino de la capilla ardiente.

Lo cierto es que no era un día del todo normal. El vacío de Juan Pablo II es uno de los temas de conversación y debate más presentes en la televisión italiana estos últimos tres días. Tras el recuerdo del Papa, sienten que ha llegado el momento de mirar adelante.

Monika Poltorak, una joven polaca residente en Roma, indica: “He de reconocer que muchos sentimos que no se ha ido, sino que está en un hospital del que regresará en un par de años, pero supongo que lo que toca es esperar que ahora venga alguien como él, abierto, fuerte... alguien muy humano”.

Por la tarde se ofició a manos de un nutrido de cardenales una breve misa en San Pedro, la segunda de los “novemdiales” (la novena) que se celebran por el Papa. Alrededor, mientras se rezaba, los aficionados al arte o la curiosidad caminaban por las naves exteriores del templo, siguiendo su propio ritual.


Polacos todavía no se recuperan de la ausencia

La vida se reanudó ayer en Polonia al finalizar el duelo nacional decretado tras la muerte del Papa, aunque para los compatriotas de Juan Pablo II ya nada será como antes.

Los teatros y los cines volvieron a abrir sus puertas, así como los comercios de las grandes cadenas.

Esto no impidió que el recuerdo del Papa estuviera muy presente, por ejemplo, en Jelenia Gora (suroeste), donde un teatro anunció la representación gratuita el fin de semana del espectáculo “Tríptico romano”, título del libro de poemas de Juan Pablo II en el que trataba el tema de su muerte.

La Iglesia polaca mantendrá el duelo todavía nueve días más.

Por su parte, la radio pública anunció que continuará hasta el 18 de mayo, fecha del nacimiento del Santo Padre, interrumpiendo un minuto su emisión todos los días a las 9:37 p.m., hora de su muerte.