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Notas célebres |
Su afición empieza desde
niño, cuando, por decisión de su padre, se inscribe en clases de
música junto con su hermana, Hortensia Rodríguez. El primer
instrumento que tocó en público fue el acordeón. Su padre
le pedía que sonara ese instrumento en cada reunión familiar. En
1999, como parte de la campaña de condonación de deuda que el cardenal
emprendía como presidente del CELAM, se juntó en una cumbre de los
países más industrializados con Bono, el vocalista del grupo U2. |
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Cuando Maradiaga, sus familiares o su secretario personal y sobrino cumplen
años, el ahora papable hondureño saca su saxofón y da un
concierto improvisado. De buen jazz casi siempre. Es como
un regalo que se da él mismo, asegura el padre José Jesús
Mora, que comparte casa con el cardenal. Cuando tiene algo de tiempo libre,
oye música, prosigue. Y no es para menos. Desde pequeño, Maradiaga
se educó en cinco instrumentos musicales. Y, con el tiempo, aprendió
a ser maestro de orquesta. Saxofón, piano, batería, guitarra
y acordeón componen su currículum musical. Hoja de vida que,
como casi todo aprendizaje en la vida del papable, viene respaldada por una lista
de instituciones: estudios de piano en el Conservatorio Nacional Salvadoreño,
y estudios de armonía y composición en Guatemala y Estados Unidos. La
música fue la pasión que llegó incluso a hacer que la opción
por el sacerdocio se tambaleara. Él quería ser músico
explica Hortensia, su hermana, fue su primera pasión.
Su saxofón sigue guardado en su habitación, esperando a que
en Ciudad del Vaticano se decida si Maradiaga vuelve o no. |