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podrá ser visitada desde el lunes mundo@laprensa.com.sv Apenas un día después del funeral más multitudinario que la historia de Roma recuerde, la basílica de San Pedro ya estaba abierta al público a primera hora de la mañana, pero no sus grutas. |
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| Los peregrinos que no lograron ver al Papa antes de su entierro tendrán que esperar un poco más para rendirle homenaje, aun a través de la lápida. La tumba del papa Juan Pablo II podrá ser visitada a partir del próximo lunes, según informó ayer el Vaticano. La basílica de San Pedro, sin embargo, volverá a abrir sus puertas hoy sábado a las 7 de la mañana (11 de la noche del viernes en El Salvador), un día después del multitudinario funeral. El féretro del Papa yace en las Grutas Vaticanas, a las que se accede desde el interior de la basílica. impactados El canciller y el ministro de Gobernación salvadoreños se mostraron impactados por el “cónclave de religiones” que se dio en San Pedro. “Estos días en Roma vimos el peregrinaje de toda la humanidad, y El Salvador se sumó a ese peregrinaje”, comentó ayer René Figueroa, horas después de asistir al funeral de Juan Pablo II. “La celebración me ha provocado una mezcla de cantidad de sensaciones. La tristeza contrastaba con la satisfacción por ver ese cónclave de religiones y países”, añadió. El ministro de Gobernación, que consideró que habrá “un antes y un después” de Wojtyla en el mundo católico, destacó su aliento a la humanidad en los momentos de crisis. El canciller Francisco Laínez coincidió en destacar el “tributo y homenaje conjunto” que suponía la presencia de líderes de diferentes religiones en el acto. Sin protocolo La mayoría de jefes de Estado y de Gobierno que acudieron a las exequias de Juan Pablo II abandonaron ayer por la tarde Roma, en las horas que siguieron a la celebración. Esto, aunque respondió de hecho al interés de la Santa Sede y el Gobierno italiano por facilitar lo más posible la logística que acarrea la presencia en un mismo lugar y momento de tal número de gobernantes, máxime tratándose de un encuentro que se preparó con apenas una semana de tiempo, ocasionó que no se celebrara un encuentro, programado para las 4:30 de la tarde, entre el Colegio Cardenalicio y los líderes de las delegaciones. Un millón en funeral en RomaUn millón de fieles despidieron este viernes a Juan Pablo II en un histórico funeral que fue interrumpido por los gritos pidiendo su pronta canonización y tras el cual el papa polaco recibió sepultura en la cripta de la basílica de San Pedro. Entre los que siguieron la ceremonia destacaban numerosos italianos y polacos, quienes asistieron en directo al funeral en la Ciudad Eterna. Unos 300 mil ocuparon por completo la plaza de San Pedro y la avenida de la Conciliación, que vincula el casco histórico de Roma a la Santa Sede, y otros 700 mil se encontraban frente a las 28 pantallas gigantes que fueron instaladas en puntos estratégicos de la ciudad. Los fieles y peregrinos, entre ellos numerosos españoles y latinoamericanos, ondeaban cientos de banderas de distintos países. “Después de Cristo, es el hombre que más esperanza dio al pueblo de Dios”, dijo una religiosa mexicana, sor Juana, de las guadalupanas de La Salle. Varios centenares de fieles esperaron toda la noche a la intemperie para poder acceder al recinto. China ignoró las exequias papalesA diferencia de lo que ocurrió en muchos otros países, los medios estatales de China ignoraron el sepelio del papa Juan Pablo II, si bien una de las mayores iglesias católicas controladas por el Estado pudo organizar una misa fúnebre para este sábado. La Televisión Central de China no transmitió el funeral, y la mayoría de los otros medios estatales tampoco emitieron imágenes de la ceremonia en Roma. La agencia oficial, Xinhua, publicó un informe breve en su página web en inglés, pero no así en la china. Sin embargo, un funcionario de la iglesia de Xujiahui, en Shanghai, anunció que habrá un servicio fúnebre de una hora a las 9 de la mañana (hora local) del sábado. El
jueves, China anunció que no enviaría a ningún representante
al Vaticano, en protesta por la invitación al presidente de Taiwán,
Chen Shui-bian.
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