“En ese momento no existió el tiempo”
Ernesto Mejía
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Los hermanos Girón participaron en los momentos durante los cuales el Papa estuvo en Casa Presidencial con Calderón Sol.

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Jorge Girón
 Todo ese tiempo no sentimos que estuvimos trabajando. No existió el tiempo. Fue como que se detuvo en ese momento para el trabajo.” 
 
 Sentí una sensación diferente a todos los trabajos que he tenido. Nada de cansancio. Era una paz espiritual.” 

 Tuvimos la bendición de estar cerca de él. Si hubiéramos ido a Italia habría sido casi imposible estar tan cerca de él.” 

Un ángulo difícil

De entre las cosas que Jorge Girón recuerda de aquella tarde en la residencia presidencial, es que le costó encontrar un ángulo donde se le viera el rostro al Papa.

“Él siempre miraba hacia el suelo. Bien humilde. ¿Y cómo podía obtener así una buena fotografía?”, recuerda.

Girón dice que comenzó a tomar fotografías a 10 cuadros por segundo. “Entonces logré sacar una”, se felicita todavía hoy.

“Entonces el Papa le dijo a Calderón Sol: ‘Este señor goza tomando fotos. Está feliz’. Y en realidad estaba feliz. Él se dio cuenta”, agrega.

Jorge y Roberto Girón, propietarios de un reconocido estudio de fotografía de San Salvador recuerdan hoy que a principios de 1996 tenían mucho trabajo y presión acumulados.
Así, en medio de ese ambiente, recibieron una llamada de la secretaría de información, del entonces presidente Armando Calderón Sol, y amigo de la familia, invitándolos a tomar las fotografías de la reunión que sostendría el papa Juan Pablo II con el referido mandatario durante su visita a El Salvador. A pesar del trabajo, la respuesta, fue obviamente positiva.
“Nosotros dijimos que sí, que con gusto podíamos ayudar en todo lo humanamente posible”, afirma Jorge.
Armados con dos cámaras automáticas, una Nikon y una Minolta, varias decenas de rollos y unos “flashes”, los hermanos Girón, fotógrafos oficiales de la visita a la residencia presidencial, acudieron con cerca de cuatro horas de anticipación al lugar.
A pesar de las horas de espera y el intenso trabajo en las casi dos horas en que el Papa permaneció en la residencia, los hermanos Girón recuerdan que no experimentaron rastro alguno de cansancio.
“Todo ese tiempo no sentimos que estuvimos trabajando. No existió el tiempo. Fue como que se detuvo en ese momento para poder hacer ese trabajo”, dice Jorge.
Ante esa sensación, el fotógrafo incluso se lamenta. “A nosotros nos pidieron estar en el aeropuerto también, pero no quise participar porque pensé que quizá no íbamos a resistir. Hoy me arrepiento, porque creo que hubiera sido bonito estar. Tanto en la bienvenida como en la despedida”, termina.