Jorge y Roberto Girón, propietarios de un reconocido estudio de fotografía
de San Salvador recuerdan hoy que a principios de 1996 tenían mucho trabajo
y presión acumulados.
Así, en medio de ese ambiente, recibieron
una llamada de la secretaría de información, del entonces presidente
Armando Calderón Sol, y amigo de la familia, invitándolos a tomar
las fotografías de la reunión que sostendría el papa Juan
Pablo II con el referido mandatario durante su visita a El Salvador. A pesar del
trabajo, la respuesta, fue obviamente positiva.
Nosotros dijimos que
sí, que con gusto podíamos ayudar en todo lo humanamente posible,
afirma Jorge.
Armados con dos cámaras automáticas, una Nikon
y una Minolta, varias decenas de rollos y unos flashes, los hermanos
Girón, fotógrafos oficiales de la visita a la residencia presidencial,
acudieron con cerca de cuatro horas de anticipación al lugar.
A pesar
de las horas de espera y el intenso trabajo en las casi dos horas en que el Papa
permaneció en la residencia, los hermanos Girón recuerdan que no
experimentaron rastro alguno de cansancio.
Todo ese tiempo no sentimos
que estuvimos trabajando. No existió el tiempo. Fue como que se detuvo
en ese momento para poder hacer ese trabajo, dice Jorge.
Ante esa sensación,
el fotógrafo incluso se lamenta. A nosotros nos pidieron estar en
el aeropuerto también, pero no quise participar porque pensé que
quizá no íbamos a resistir. Hoy me arrepiento, porque creo que hubiera
sido bonito estar. Tanto en la bienvenida como en la despedida, termina.