Papa callado en vísperas de aniversario

Vaticano/Agencias

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Juan Pablo II tiene una semana muy agitada en ocasión de celebrar sus 25 años al frente de la Iglesia católica.

COBERTURA MEDIÁTICA. Los medios de comunicación de todo el mundo se han mantenido atentos a la salud del pontífice.
El debilitado papa Juan Pablo II, quien tiene una semana muy ocupada por la celebración de su 25.º aniversario al frente de la Iglesia católica, se mostró ayer inusualmente callado durante una audiencia.

Juan Pablo II tuvo una reunión privada de 15 minutos con el presidente de Uruguay, Jorge Batlle. Durante la sesión de fotos que siguió al encuentro, a la que se permitió la entrada de varios periodistas, el Papa no pronunció una sola palabra.

En ocasiones parecía que su santidad iba a decir algo, pero al final no habló, según informes de los periodistas que estuvieron presentes.

En audiencias pasadas con jefes de Estado, durante la sesión pública, el Papa solía conversar, aunque fuera brevemente, para enviar bendiciones a sus pueblos.

El Papa necesitará todas las fuerzas que pueda reunir para enfrentar los próximos nueve días, llenos de actividades que se centran en las celebraciones de su 25.º aniversario al frente de los 1,000 millones de católicos en todo el mundo.


En buen estado

Sin embargo, a pesar de la percepción de los presentes en la audiencia, el mandatario uruguayo dijo que encontró a Juan Pablo II “muy bien y muy atento”.

Batlle constató que el estado de salud de su santidad es delicado, pero no preocupante, durante los 15 minutos que conversó con el jefe de la Iglesia católica.

“Para aquéllos que siguen con tanto afecto la salud de su santidad y le están cercanos espiritualmente, quiero decirles que lo encontré muy bien, muy atento”, dijo Batlle.

El mandatario uruguayo afirmó que Juan Pablo II se interesó por la situación social y económica de su país e “hizo una reflexión sobre el aborto” después de que le aseguró que su Gobierno se opone a la legalización del aborto y dijo que recordaba “perfectamente” las fechas (1987 y 1988) en que viajó, en dos ocasiones, al país suramericano.

“Lo encontré absolutamente normal, un hombre atento, despierto, receptivo, interesado, como siempre lo hemos visto cada vez que ha estado en Uruguay o a través de la televisión, durante sus infatigables vueltas alrededor del mundo”, agregó Batlle, quien no negó que presentaba los síntomas del Parkinson.