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PREPARATIVOS Vaticano bajo las
riendas de Juan Pablo II mundo@laprensa.com.sv Sus asesores insisten en que a pesar de los problemas para hablar y el Parkinson, la mente del Papa está lúcida. |
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En
momentos en que el Papa Juan Pablo II luce más frágil y débil
que nunca, los católicos de todo el mundo se preguntan si todavía
sigue siendo el líder de una Iglesia de miles de millones de feligreses.
Los fieles se interrogan además sobre si aún tienen algún valor sus viajes, que han destacado su pontificado, ahora que la enfermedad de Parkinson y la incapacidad para caminar opacan su mensaje. Las respuestas, como la Iglesia misma, tienen muchos niveles. “Él sigue al mando”, insiste un clérigo del Vaticano. “No está solamente poniendo sellos. Las cosas se hacen a un ritmo más lento, pero nadie le está cubriendo los ojos”. Incluso cuando gozaba de buena salud, el Papa nunca fue un microadministrador. Desde un comienzo nombró asesores en los que pudiera confiar y les delegó los detalles. Gran parte de la burocracia del Vaticano funciona como con un piloto automático, produciendo documentos y sugiriendo nombramientos, pero el Papa aún tiene que firmar, literalmente, muchos de ellos, aun con la mano temblorosa. En su pontificado, que cumple 25 años el 16 de octubre, el papa polaco de 83 años ha hecho más que lo que se esperaba que hicieran la mayoría de los pontífices. Sin embargo, el portavoz papal Joaquín Navarro-Valls, dejó entrever que se podría presentar la situación en que el Vaticano tendrá que reevaluar la situación de un pontífice que se ha valido de su propio talento de comunicador durante los 25 años de su papado, pero que ya no puede hablar. “Tengo una estrecha relación de trabajo con él, y veo su mente, su capacidad para proyectar cosas, para planear nuevos objetivos, la cual está absolutamente intacta”, dijo Navarro-Valls en una entrevista en un programa matutino de la cadena estadounidense ABC. “Pero el problema no está presente, por lo menos aún no.” Agradecen rol en caída comunismo Punto final. Una religiosa pasa frente a una imagen de la Madre Teresa de Calcuta que será beatificada el próximo domingo. El presidente alemán, Johannes Rau, elogió ayer el papel del Papa en el proceso de superación de la división alemana y de desaparición de los regímenes comunistas en Europa. La desaparición pacífica de las dictaduras comunistas en Europa hay que agradecérsela en buena parte a su influencia, dice Rau en un mensaje enviado a Juan Pablo II por los 25 años de su pontificado. El Papa llegó al Trono de San Pedro cuando existían los dos bloques, separados por el Muro de Berlín, y pasará a la historia como el Papa que contribuyó decisivamente a la caída del comunismo, gracias a su conocimiento de ese modelo político con el que convivió más de tres décadas en su Polonia natal. Desde su primera encíclica, la Redemptor hominis, de 1979, Karol Wojtyla comenzó una incesante labor de debilitamiento del comunismo, al que criticó no desde la vertiente religiosa, como el ateísmo o la persecución de los cristianos, sino desde puntos antropológicos y sociales, como sistema injusto que alienaba a la persona humana.
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