Recuerdos. Una aspirante a monja decora con imágenes de la vida y obra de Madre Teresa de Calcuta un periódico mural.

Misioneras de la Caridad están jubilosas en El Salvador

Papa beatificará a Madre Teresa

Amílcar Mejía
social@laprensa.com.sv

Las 10 misioneras de la orden fundada por la religiosa tienen dos hogares de refugio en el país desde 1988.


La mano de la madre Teresa cobija a los salvadoreños

El Hogar Reina de la Paz alberga a 47 ancianos y atiende a 27 niños.

Las manos cariñosas de la hermana Lorinda llevan un vaso de agua a la boca de un anciano enfermo para saciar su sed.

Esta misionera, nacida en Kerala, la India, mantiene una sonrisa inseparable mientras se encarga de atender el asilo del Hogar Reina de la Paz, fundado por la misma Madre Teresa en 1988 en su única visita al país.

Las manos de Leandra alcanzan el alimento a los mendigos en el comedor.

Joylette y Greyseli dan apoyo en otras actividades del hogar y con ello siguen el legado de la misionera que mañana será beatificada por Juan Pablo II.

La mano amiga de la Madre Teresa cobija a niños y ancianos y además de darle alimento a muchos desamparados cuenta con una guardería que actualmente atiende a 27 chiquillos y chiquillas.

Hay otra sección donde se les da refugio a 47 ancianos abandonados y se les cuida y cura cuando se enferman. El comedor y una área para enfermos de sida completan el lugar.

Miles de kilómetros las separan de su patria, la India; pero el ejemplo de servicio a los pobres, inculcado por la Madre Teresa de Calcuta, ha traído a estas 10 misioneras hasta El Salvador, donde esperan ansiosas la beatificación que mañana hará en Roma Juan Pablo II. “Nos sentimos felices, porque tenemos a nuestra fundadora en el cielo”, expresó la hermana Greyseli, originaria del sur de la India.

Para esta misionera, la beatificación de Madre Teresa de Calcuta les da fuerza para seguir impulsando la labor de la religiosa, nativa de Yugoslavia.

“Eso confirma que lo que nosotros hacemos ocurre por obra y gracia de Dios”, concibe la hermana Greyseli.

“Ella (Teresa de Calcuta) nos inspiró desde que Dios la llamó a servir a los pobres”, dijo la hermana Joylette, originaria de Mardia Pradesh, la India, y encargada del Hogar Reina de la Paz, de San Marcos, administrada por la Orden de las Hermanas Misioneras de la Caridad.

Para mañana, las religiosas han preparado una ceremonia sencilla en el hogar refugio, donde también será instalada una exposición sobre la vida y obra de la Madre Teresa. Será hasta el 22 de octubre que habrá una misa en el lugar, celebrada por monseñor Gregorio Rosa Chávez, arzobispo auxiliar de San Salvador, y el domingo 26 se hará una celebración en la catedral de la ciudad de San Salvador.

Indigentes están a la expectativa

La benevolencia y preocupación de Madre Teresa de Calcuta por los indigentes no pasa desapercibida para los ancianos que diariamente llegan al Hogar Reina de la Paz buscando saciar el hambre.

“Ella se preocupó por los pobres y para nosotros ya es una santa”, dijo Prudencia Urrutia, de 92 años, mientras esperaba su ración de almuerzo en este lugar de amparo para los pobres.


Fiel a Inés Gonxha Bojaxhiu

Su voz fuerte y grave, se abre paso entre el resto de ancianos y su prática fluida y llena de fechas y citas toma protagonismo.

Se llama Cayetano Minero, tiene 75 años, y por medio siglo fue albañil en empresas y en el Gobierno.

Ahora, ya no trabaja y sólo recibe posada de algunas personas y el comedor del Hogar Reina de la Paz es su salvación diaria.

Este asiduo lector de periódicos y libros conoce la vida y obra de la Madre Teresa de Calcuta.

“Ella nació en Yugoslavia y murió en los mismos días que la princesa Diana de Gales”, asegura.

“Fue una abnegada mujer que se dio a los pobres y su obra está regada por los cinco continentes”, dice este albañil a quien le hace más falta “leer que ver televisión”.

Cayetano sabe que el nombre de la futura beata no es Teresa, sino realmente Inés Gonxha Bojaxhiu.