BEATA. Dos Misioneras de la Caridad observan un afiche de la Madre Teresa de Calcuta que ha sido colocado en la basílica de San Antonio, en Roma, en la víspera de la beatificación.
Madre Teresa fue beatificada
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La beatificación es el último paso antes de la canonización.

El camino a la santidad

Desde que se facilitó el camino de la canonización para los futuros santos, gracias a la reforma del Código de Derecho Canónico de 1983, han disminuido los obstáculos y exigencias para llegar al altar. El papa Juan Pablo II ha proclamado 476 santos y 1 mil 314 beatos en 25 años de pontificado.

Tres son las etapas por las que debe pasar el candidato para poder ser proclamado santo.

En su orden son: confirmación de las “virtudes heroicas”, beatificación y canonización.

Para ser nombrado santo, se necesita un milagro comprobado.

Premio Nobel

La Madre Teresa es de origen albanés y recibió el

Premio Nobel de la Paz en 1979.

Pobres y poderosos tendrán asientos de primera fila este día en la Plaza de San Pedro cuando el papa Juan Pablo II presida la beatificación de la Madre Teresa.

El Papa quedó tan impresionado por la incansable devoción de la Madre Teresa hacia los enfermos y desposeídos que aceleró su beatificación tras su muerte en Calcuta, en 1997.

La Policía de Roma calcula que asistirán unas 300 mil personas; una de las mayores multitudes en la historia de la plaza de San Pedro.

La primera fila de asientos está reservada para políticos, diplomáticos y unos 2 mil pobres que reciben los cuidados de las Misioneras de la Caridad, la orden de monjas fundada por la Madre Teresa, que hoy en día opera en todo el mundo.

El milagro

También llegó a la Ciudad Eterna la india cuya recuperación de lo que fue descrito como un tumor abdominal incurable fue certificada como milagrosa por un panel de expertos del Vaticano, que incluyó médicos.

Mónica Besra recordó que mejoró en una clínica india fundada por la monja nacida en lo que ahora es Skopje, en Macedonia: “Cuando oraba frente a un retrato de la Madre Teresa, un rayo de luz llegó hasta mí desde la fotografía”. La mujer que recibía cuidados de las monjas durmió y cuando despertó ya no tenía el tumor. El hecho ocurrió el 5 de septiembre, un año después de la muerte de la futura beata.