El papa Juan Pablo II solicitó ayer a más de 300 prelados, entre ellos cardenales, presidentes de las conferencias episcopales y jefes de los dicasterios de la Curia Romana, que “oren por él” para que pueda cumplir “su servicio hasta que el Señor quiera”.

El Papa inició su discurso con voz clara y fuerte, pero después de pocos minutos fue remplazado por monseñor Leonardo Sandri.

Con el encuentro de ayer, se clausuran oficialmente los seminarios organizados por el Vaticano, de donde surgieron seis informes que analizan varios aspectos del pontificado, entre ellos el reforzamiento de los valores morales de la Iglesia hasta uno más histórico, presentado por el cardenal Ángelo Sodano, secretario de Estado y número dos del Vaticano.

El cardenal alemán Joseph Ratzinger, prefecto de la Doctrina de la Fe, decano del Colegio Cardenalicio, agradeció “de todo corazón” al Papa por haber traspasado al mundo “la luz de Dios a través de un cielo oscurecido por las nubes” de los conflictos y las injusticias.