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A sus 83 años de edad el mensajero de Dios ha visitado los cinco continentes. De acá el nombramiento como el Papa viajero. Desde su llegada al Vaticano en 1978 se caracterizó por ser una figura no estática de la Iglesia contrario a muchos de sus antecesores. El objetivo de la peregrinación del pontífice, en la mayoría de los rincones del mundo ha sido ser la voz de los miles de fieles que visita, sobre todo de los más desprotegidos. Asimismo, agrupar a todos los cristianos y tener un acercamiento con el resto de doctrinas, dejando siempre un mensaje de paz y justicia por las naciones. El Papa en América Uno de los primeros recorridos que realizó, a solo dos meses de su nombramiento como sucesor de Pedro, fue hacia América, nombrada por él como el continente del futuro y la esperanza. Durante esta gira visitó: México y Santo Domingo. En este cuarto de siglo que está por cumplir Juan Pablo II ha pisado tierra americana más de 40 veces, dos de ellas han sido en territorio salvadoreño. El pulgarcito de América se engalanó con la primera visita del Santo Padre en marzo de 1983. En esta ocasión, miles de feligreses se congregaron en las calles para apreciar y recibir la bendición del Papa, quien hizo un largo recorrido en su papamóvil por las arterias más importantes del país. Mas tarde realizó una misa solemne en un templete construido especialmente para esa ocasión, desde el cual compartió la palabra de Dios y repitió varias veces ¡Seamos artesanos de la paz! Por segunda vez, El Salvador recibio la visita del Papa Juan Pablo II el 8 de febrero de 1996. Más de medio millón de salvadoreños acudieron a las actividades realizadas por el Santo Padre, como lo fue el tradicional recorrido por las calles de San Salvador, donde los feligreses escoltaron al representante de Jesucristo en la Tierra. De igual forma, se llevo a cabo una solemne misa ofrecida por la justicia y la paz. Durante las once horas de su estadía, el pontífice fue vitoreado con numeroso mensajes de amor. En los dos viajes del Papa a El Salvador ha visitado la tumba de Monseñor Oscar Arnulfo Romero. |