Patrona

La imagen de Señora Santa Ana recibe a fieles que llegan de dentro y de fuera de la ciudad para pedirle interceda por la salud de sus hijos y de su familia. Agradecer milagros también es motivo de visita.

Por Carlos García

Su nombre apenas y aparece en la Biblia, pero su milagrosa maternidad para dar a luz a María es lo que inspira a muchos fieles que acuden a ella pidiendo con fe su intercesión ante Dios para poder procrear un bebé y que sus hijos tengan salud al nacer.

Es media mañana del jueves 25 de junio, y en la catedral de Santa Ana, que tiene algo de estilo gótico, hay gente hincada frente al altar, y sentadas en las bancas, otras personas tienen los ojos cerrados; mientras que con la imagen de la patrona de la ciudad morena está una señora con una bebé de tres meses en brazos y otro hijo al lado.

Ellos, menos la pequeña, se persignan frente a la escultura de la Señora, ubicada al costado derecho de la nave central del templo, a la pequeña una señora le hace la cruz en su frente, antes de que avancen hacia el altar mayor y salgan. Afuera declara que llega de la colonia El Mora, que tiene cuatro hijos y que gracias a la enseñanza de sus padres visita con devoción a la patrona desde que tuvo a su primer bebé.

Tradición

“Nos enseñaron que por medio de ella se recibían los milagros, entonces en todo el embarazo le prometo a ella traerle al hijo cuando tenga los 40 días. Cada vez que los tengo enfermitos vengo y ella me ayuda a que recuperen su salud”, dice Cecilia Guevara. Asegura que así ha actuado con sus cuatro hijos, que tienen edades de 16, 14 y nueve años, y una última de tres meses.

Al día siguiente, también a mitad de mañana, María Elena Nájera, visita a Señora Santa Ana. Ella llegó con su hijo desde San Salvador, el motivo: “pedir por él (señala al hijo) para que tenga buen camino en la vida, agradecer por una hija que ha tenido un tiernito, y pedir por la salud de mis hijos”, señaló, confesando que todavía no conoce a su nieta.

Avanzada edad

“Se avocan a ella por su intercesión y por agradecer milagros”, explica el padre Manuel de Jesús Ávalos, párroco de catedral.

Él conoce el caso de una familia que reside en Estados Unidos, la cual en sus vacaciones llegó a catedral, a pedir a Señora Santa Ana su intercesión ante Dios para que les permitiera tener un hijo. Ellos son un tanto mayores de edad, y creían que no era posible tener hijos, pero el milagro surgió, y al año siguiente regresaron para presentar a su primogénito.

Algo parecido vivió en Nazaret la misma Ana, con su esposo Joaquín, pues no podían tener descendientes. Cuando el esposo fue al templo a ofrecer sacrificio fue rechazado por ser un hombre sin descendencia.

Apenado, se marchó a las montañas a presentarse a Dios. Ana, al conocer el incidente le pidió que retirase de ella la maldición de la esterilidad y prometió que dedicaría su descendencia al Todo Poderoso.

Después de eso un Ángel la visitó y le dijo “Ana, el Señor ha mirado tus lágrimas; concebirás y darás a luz y el fruto de tu vientre será bendecido por todo el mundo”. El ángel hizo la misma promesa a Joaquín, y este volvió a donde su esposa.

Del fruto que ellos tuvieron, María, nació Jesús, por inmaculada concepción, y su historia sigue siendo motivo de fe para muchos cristianos que durante las festividades en honor a Santa Ana se avocan masivamente.