La alcaldía debe decidir hoy si permite que se corten 142 árboles en la finca para construir una urbanización.
22 febrero 2005. Por Wendy Ramos
El concejo municipal de San Salvador tiene hoy en su mano la posibilidad de evitar que sean talados 142 árboles de la finca El Espino, la reserva forestal más importante del Gran San Salvador.
El gobierno local rediscutirá un punto sobre el que no hubo consenso cuando el pasado 8 de febrero se trató el tema por última vez: autorizar o no la tala para construir un proyecto habitacional sobre el área afectada.
Esa petición, que llegó al concejo en agosto del año pasado, ya despertó las primeras reacciones de organizaciones ecologistas.
“No nos oponemos a la construcción, pero estamos en contra de que se quiera talar, porque causaría un daño muy grande al ecosistema”, expresó Mauricio Sermeño, coordinador ejecutivo de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES).
La compañía interesada ya cuenta con los permisos de Medio Ambiente y de la OPAMSS para realizar el proyecto, pero aún les falta el permiso de tala que sólo extiende la alcaldía.
Roberto Hernández, concejal, dijo que está de acuerdo en dar su voto para se apruebe la tala, pues aseguró que el área en la que se pretende edificar está dentro de la “zona urbanizable” de la finca.
La asociación solicitante ha prometido que compensará la tala con la siembra de 940 árboles, pero la UNES no está conforme, por lo que exige a la alcaldía que niegue hoy el permiso.
Ley Forestal
Su artículo 15 establece que la regulación sobre siembra, poda y tala de árboles en zonas urbanas es competencia de alcaldías.