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Vendo en la mañana, estudio en la tarde
Mi nombre es Edgar Giovani. Soy el más pequeño de todos los que venden aquí, el más chiquito de estatura y de edad. Tengo ocho años. En la mañana vendo limones y en la tarde estudio primer grado.
Katya Vides
Llego al mercado a las ocho de la mañana para ayudar en el puesto. Agarro dos bolsas transparentes y meto 12 limones pérsicos en cada una.
Yo no siento nada raro ni malo de estar aquí parado, vendiendo. No me preocupa mucho. A mí alegría me da. “Limones a cora”, grito, porque mi voz es pequeña y debo esforzarla por competir con las de mis vecinos para que los clientes me puedan escuchar. Cuando me aburro, me entretengo viendo las cosas que me llaman más la atención en la calle, como los carros, algo que se mueva en el suelo, un perro y cosas así.
Ya en la tarde, como a la 1:10, agarro mis cuadernos y me voy solo a la escuela, aquí cerquita está, a dos calles. Mis notas son nueves y un tres, es que no terminé la plana a tiempo. Yo hago las tareas en la mañana, aquí en el mercado, esa no la terminé porque estuve vendiendo.
Después me vengo otra vez al mercado y juego un rato. Me voy a la casa y en la noche veo tele y me voy a dormir. Me siento bien ayudándole a mi mamá, me gusta hacerlo, por eso yo le dije que quería vender.
que lindo ejemplo para todos los ninos que no quieren seguir estudiando felicito a este nino y ninos como el despues son personas que llegan hacer jefes de travajo licenciados etc. felicito a Edgar por quere esforsase y querer hacer alguien en la vida sigue asi edgar no te canses por que tu eres y sera alguien muy importante para todos que Dios te guarde y te bendiga ok.
“Es preocupante, como aun tenemos en nuestro país a niños y niñas vendedores, como es posible si se esta trabajando por erradicar las peores formas de trabajo infantil; y esta es una muestra de que las acciones tomadas no estan dando ni un tipo de resultado, o será que las acciones solo quedan escritas en papel y nada más….???