La misa dedicada a la Reina de la Paz fue ayer en la mañana. Por la tarde, la procesión recorrió la ciudad.

Flor Lazo

Miles de personas participaron de las actividades religiosas en honor de la Virgen Reina de la Paz, patrona de El Salvador, las cuales comenzaron el sábado en la noche con un festival de música cristiana. Las actividades tuvieron como punto culminante la misa solemne y la procesión por las principales calles migueleñas.

La ceremonia fue ayer a las 10 de la mañana en la catedral y la ofició el nuncio apostólico Luigi Pezzuto, en compañía de otros jerarcas católicos y al menos 20 sacerdotes. Pezzuto hizo énfasis en la necesidad de perseguir la paz en todas las acciones.

“La paz es un compromiso que deriva de la responsabilidad que el cristiano tiene frente al mundo. En todas manifestaciones buscamos que se realicen en la paz, tanto en la trabajo como en la familia, en el descanso, la diversión y hasta en la enfermedad”, dijo Pezzuto.

Las ausencias

El gran ausente fue el presidente Mauricio Funes. Tampoco asistieron autoridades del Órgano Judicial ni funcionarios públicos de alto rango, a pesar de que algunos habían confirmado su llegada.

A la misa solo asistieron algunos diputados del oriente del país, entre ellos Ricardo González y Margarita Rodríguez, del FMLN; Sandra Salgado, Rafael Paz y Miguel Ahues, de GANA; y Elizardo González Lovo, del PCN.

También llegaron  el gobernador migueleño, Héctor Cruz, y el alcalde Wilfredo Salgado.

La falta de las figuras públicas pasó casi desapercibida por los feligreses, ya que la mayoría de fieles asiste a la celebración por la devoción a la Virgen de la Paz, para pagar alguna promesa o agradecer por favores o milagros recibidos.

“Yo vengo a escuchar la homilía y luego a orar frente a mi virgencita de la Paz, cuando vienen los presidentes hasta es más complicado estar en la iglesia porque restringen el paso”, dijo María del Carmen Méndez, una feligrés que viajó desde Chinameca para asistir a la ceremonia patronal.

En el cierre a los actos religiosos, por la tarde, se desarrolló la tradicional procesión que recorrió el centro de la ciudad de San Miguel.

La caravana con la imagen de la Virgen fue acompañada por miles de católicos, provenientes de otros departamentos y hasta de Honduras y Guatemala.

Como parte de la devoción, los fieles también elaboran alfombras con textos y motivos bíblicos en las calles por donde pasa la procesión.

Tradición
Con la acostumbrada misa, el pueblo migueleño recuerda el milagro de Nuestra Señora de la Paz, al salvarlos de una tragedia.

Según la historia, en 1787, el volcán Chaparrastique hizo erupción y, gracias al milagro de la patrona, la lava se desvió hacia la zona sur, un área despoblada.

En aquella época, los pobladores se encontraban desesperados porque la lava corría hacia la ciudad, por lo que no les quedó otra alternativa que encerrarse en la iglesia y sacar la imagen en procesión por las principales calles migueleñas.

Según la tradición religiosa, la intercesión de la patrona fue suficiente para que San Miguel y sus pobladores se salvaran de las inclemencias de la naturaleza.

La Virgen María, en su advocación de Reina de la Paz, fue declarada patrona de El Salvador el 23 de noviembre de 1966.

En honor de la virgen, los migueleños realizan sus fiestas patronales, las cuales van acompañadas del tradicional carnaval.

La paz es un compromiso que deriva de la responsabilidad que el cristiano tiene frente al mundo.”
Luigi Pezzuto,  nuncio apostólico

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