La Joven Orquesta y Coro de Centroamérica (JOCCA) realizó, en el país, dos conciertos de cámara y dos sinfónicos.
Casi como uno de los sueños de los próceres, Centroamérica se integró. Y lo hizo a través de la cultura, cuando la Joven Orquesta y Coro de Centroamérica (JOCCA) se presentó, primero en el Teatro Nacional de San Salvador, el viernes, y luego en el Teatro Nacional de Santa Ana, el sábado, como parte de las actividades conmemorativas del Bicentenario del Primer Grito de Independencia. Así lo explica la directora nacional de Formación en Artes, Rebeca Dávila.
Las presentaciones de la JOCCA formaron parte de su III Encuentro Sinfónico y de Cámara, que coincidió, según palabras de su director, David Gálvez, con la conmemoración del Bicentenario.
Dentro de su programa, la JOCCA decidió presentar cuatro conciertos: dos de cámara y dos sinfónicos. Y el repertorio fue variado y constó de grandes obras de compositores como Mozart y Beethoven, pero además se presentó una obra del compositor salvadoreño Carlos Colón: “Queja con alas”.
“Queja con alas está basada en la poesía de Alfredo Espino”, explicó Colón, quien se hizo presente a la presentación de la JOCCA en el Teatro Nacional y consideró “un privilegio” que los miembros de la JOCCA interpretaran su creación.
“Es un privilegio, porque estos chicos tienen un nivel de energía y de talento fuera de serie”, expresó Colón.
La JOCCA fue presentada oficialmente en Panamá, en octubre de 2008, como una iniciativa del Instituto Internacional de Música Ibérica (IIMI), que busca dotar a los jóvenes músicos centroamericanos de formación musical.
Actualmente, el ensamble de la JOCCA está conformado por 85 músicos, entre ellos 55 salvadoreños, algunos que forman parte de la Filarmónica Juvenil, la Orquesta Sinfónica Juvenil y estudiantes del CENAR.
Este III encuentro se concretó mediante un convenio que la Secretaría de Cultura (SEC) realizó con el Instituto Internacional de Música Ibérica.
El gato se puso botas para el Bicentenario
El gato habló de repente e hizo un pedido a su amo: quería unas botas. Así empezó la presentación de la obra “El gato con botas”, que estuvo a cargo de la compañía de Teatro Máscaras y que formó parte de las actividades que realizó la Alcaldía de San Salvador para conmemorar el Bicentenario del Primer Grito de Independencia.
Atentos a la trama, los niños que asistieron disfrutaron de la obra que, según explicó Ernesto Torres, director de la compañía, es un cuento clásico sobre un gato al que le regalan unas botas mágicas y que tiene mucha astucia para engañar a los demás.
Asimismo, explicó Torres, la obra forma parte del proyecto de la compañía llamado Fomentando Valores, que tiene el propósito de mostrar teatro profesional en versión para niños. “Y ‘El gato con botas’ es una obra llena de valores: respeto, verdad, confianza”, agregó Torres, quien no dejó de agradecer a la alcaldía por haberlos tomado en cuenta. “Es un orgullo enorme participar en la celebración del Bicentenario”, concluyó.
Entre música, carnaval, humo y tamales
Tras la presentación de la obra de teatro “El gato con botas”, a cargo de la compañía Teatro Máscaras, la Alcaldía de San Salvador tuvo programada otras actividades para el disfrute del público y para conmemorar el Bicentenario del Primer Grito de Independencia.
Fue entonces que, mientras llegaba la noche, se realizó un carnavalito, que contó con la participación de la Orquesta Caribe Band; asimismo, hubo quema de pólvora y tamaleada.
Ese mismo día (ayer), la alcaldía también llevó a cabo otras actividades, entre las que se encontraron un desfile de carrozas del Bicentenario y una caravana motorizada.