La ausencia de afrodescendientes en El Salvador es un mito que ha sido mantenido a través del tiempo sin bases sólidas; y muy por el contrario, la presencia africana en la historia salvadoreña constituye un hecho patente y abundantemente documentado. La idea de la ausencia de afrodescendientes se estableció en la mentalidad de la sociedad a principios del siglo XIX con la creación de la Nación-Estado, cuando se exaltó al mestizo de ancestro indígena y europeo, excluyéndose la ascendencia y participación del negro africano en la construcción social multiétnica.
Carlos Loucel Lucha /Colaborador, Academia / Salvadoreña de la Historia
Los primeros esclavos negros llegaron en la época de la conquista española y fueron colocados en diversas clasificaciones. Los llamados bozales eran los que todavía se consideraban en un estado nativo africano y no aculturados por los europeos. Así los encontramos en un documento de 1641, en el cual se menciona que el navío “Nuestra Señora de los Remedios y San Lorenzo”, que venía con un cargamento de negros de Angola destinado a los puertos de Cartagena y Veracruz, arribó al puerto de Trujillo de la provincia de Honduras. El capitán del barco hizo trato con los corsarios para venderles los negros, pero cuando atacaron la nave y esta encalló, los negros escaparon a los montes, no sin antes haber conseguido armas. Por orden del rey, se recapturaron a los negros esclavos fugitivos y se pusieron en custodia, mientras al capitán se le puso en prisión con una multa de 500 pesos (la documentación consta en el Archivo General de Centroamérica, Guatemala).
Los negros recapturados de “Nuestra Señora de los Remedios y San Lorenzo” se remitieron a San Miguel. Fueron 76 esclavos los que se pudieron recuperar, de los que algunos se encontraban enfermos y se dejaron morir, pero los sobrevivientes no fueron devueltos por la necesidad de ellos en la provincia.
La Trinidad de Sonsonate fue uno de los lugares en los que se efectuaban las transacciones de compra y venta de esclavos; a ella, llegaban a abastecerse los traficantes que satisfacían las necesidades de los pueblos y villas del interior de la provincia, comerciantes guatemaltecos y otros provenientes del Perú, quienes también llegaban a adquirir tinta añil. Los traficantes de la provincia de San Sal vador, al igual que los de Honduras y Nicaragua, llegaban a Sonsonate en busca de esclavos africanos debido a la creciente demanda en esas zonas, como sucedía con los obrajes añileros.
La composición de las distintas poblaciones de los pueblos fue variando de acuerdo a la zona en donde se ubicaban, así como estaban los exclusivamente indígenas, otros tenían población mulata, ya coexistiendo, cuando las normas de exclusividad étnica se distendieron. Así, la población mulata a finales del siglo XVIII se había establecido como el segundo grupo poblacional más notorio después de la indígena. También, el proceso de invisibilización de la población afrodescendiente había comenzado con la utilización del término ladino, el cual se utilizaba para clasificar a aquellas personas cuya ascendencia no estaba clara; grupo que se llegaría a convertir en el más importante en el siguiente siglo.
La población mulata logró insertarse en los pueblos en las actividades en las que habían desarrollado más habilidad y trabajado a lo largo de siglos de esclavitud: la agricultura y la ganadería, como peones y mano de obra asalariada en las haciendas, labores o fincas para tareas de cultivos y cacaotales, o en los ingenios y obrajes. También, se dedicaron al cultivo del añil y de la caña de azúcar, lo mismo a cultivar algodón y frutas; criaban ganado vacuno tanto para carne como para la producción de leche, con elaboración de quesos. Casaban a sus hijas con agricultores igual que ellos y les daban como dote productos relacionados con la agricultura o ganado. Algunos de ellos fueron exitosos en sus empresas y llegaron a alquilar más tierras para sus cultivos, además de haberse establecido muchas familias en los barrios urbanos de ciudades y pueblos grandes, y adquirido allí casas.
Algunos lograron ascender socialmente y llegaron a ejercer cargos públicos de menor rango, incluso a ser propietarios, a su vez, de esclavos. Muchos mulatos se entrenaron en algún oficio, como sastres, zapateros, carniceros, herreros o carpinteros, y algunos llegaron a ser maestros del oficio, estableciéndose como tales.
A finales del siglo XVIII, se había iniciado un proceso de ladinización e invisibilización de la población de ascendencia africana. Los curas dejaron de marginar la ascendencia del recién nacido, dejando así de clasificarse la población.
Con la Independencia, se abolió la esclavitud, según ley promulgada el 24 de abril de 1824 por el Congreso Constituyente en Guatemala. Es famosa la intervención del presbítero José Simeón Cañas en el Congreso federal el último día de 1823, con su conocido discurso abolicionista. Por bando, se anunció la temprana extinción de la esclavitud en el istmo centroamericano. Queda asimismo abolida para siempre la esclavitud y, en consecuencia, quedan libres todos los esclavos de ambos sexos en el día de la publicación de este bando, debiendo concurrir los dueños a la caja de la ciudad para que sean indemnizados de su importe.
Con la Independencia y después con la Federación, se trató de homogenizar a la población de la nueva nación, se dejó de clasificar a las personas al momento de su bautizo y los grupos que componían la sociedad colonial desaparecieron de los documentos. En los siglos XIX y XX, los afrodescendientes desaparecieron de la historiografía salvadoreña, en parte, por la legitimación de la nueva nación y por la exaltación del mestizo y sus dos raíces: la blanca y la india. A fines del siglo XX, se encuentran algunos trabajos de autores que intentaron rescatarlos.
Los negros africanos estuvieron presentes desde el momento de la conquista, luego los descendientes durante el período colonial se integraron a la sociedad, participaron activamente en las insurgencias de 1811, 1814 y en el proceso independentista, para incorporarse después silenciosamente en la construcción de la sociedad republicana.
Texto y fotos cortesía de la Academia Salvadoreña de la Historia.
Estoy muy interesada en conversar con la persona que hizo este documento, trabajo en una consultoría sobre comunidades afrodescendientes en CA.
Agradeceré un contacto por parte de la Academía.
Ok…. Ok… Ok….
Mi esposa es Puerto Riquena de raza negra y ella siempre me ha preguntado porque no hay negros en El Salvador; ahora ya le puedo decir que en algun momento tubimos 79 negros para que me deje de estar molestando. Lo que me sorprende de esta nota es que no ponen estadisticas con las cuales uno se pueda informas mas… solo ponen 79 negros…. Mejor digan cuantos negros llegamos a tener y expliquen con mas argumento adonde estan sus decendientes. Que articulo mas pobre, esto lo encuentro en Google.
Sierto que es muy difisil el encontrase con afrodesendientes en la ciudad de SanSalvador, pero si vijaal puerto de cutucu , sin duda veran personas con rasgos muy marcados , hase mucho tiempo visite a un amigo en San Miguel y no cabia de mi asombro cuando entro u joven con rasgos muy marcados en cara y piel morena. vivo en Mexico y por aqui no es muy notoria pues el turismo llega bastante y entre ello mucho gringo de color, El articulo es a mi vista muy bueno y en lo cultural se debe dar a mirar en las escuelas , gracias por ello . saludos
Aaaaa no joda
pipi
La historio esta corecta mente bien e leido otras pero ninguna tan clara como esto
Otro indicio de que la población afrodescendiente no logró expandirse es la ausencia de un ritmo musical creado en El Salvador, si vemos Honduras tiene el ritmo “la punta” y es porque la mayoría de ritmos creados en el mundo han sido por los afros.