Decir lo que se piensa no es fácil, y menos aún para los niños que viven rodeados de violencia. LPG pidió a tres psicólogos analizar los dibujos que muestran que los asesinatos, la desintegración familiar y los momentos en familia son los hechos que más les impactan para bien o para mal.
Los momentos difíciles, tristes, así como los alegres son parte de la vida de todo ser humano. La infancia casi siempre se relaciona con el mejor momento de la vida, la más feliz. Pasar tiempo con la familia, ir a la escuela, conocer a los mejores amigos. Eso debería prevalecer, pero en los más de 250 dibujos que realizó un grupo de niños de diferentes centros escolares, hay más tristeza, más miedo. Allí se recuerda al familiar que emigró, al que perdió la vida de forma violenta o diferentes eventos que marcaron a los menores. El material fue evaluado por tres psicólogas. Los dibujos lo gritan. Los rostros, la angustia, las alegrías, la tristeza, la desesperación. Para Tatiana Mejía de Amaya y Débora Sánchez, psicólogas clínicas, la escena que más se repite negativamente son los asesinatos.
“Los niños reflejan en sus dibujos más momentos difíciles que momentos gratos. Ellos perciben su ambiente como negativo y amenazante, con un gran sentimiento de vulnerabilidad, desesperanza y de riesgo inminente”, mencionaron.
También crearon dibujos relacionados con agresiones sexuales y con pérdidas de familiares por las migraciones. Otros reflejaron rostros de víctimas, personas pintadas de negro cometiendo hechos violentos, sin rostros o con rostros cubiertos.
“Nuestros niños reproducen ojos, bocas, describen la muerte, el terror”, mencionaron. La quema de buses y las extorsiones también aparecieron, en mayor o menor medida, dependiendo de las edades de los niños y niñas. “El color negro en los dibujos refleja mucho temor, algo feo, algo triste”, mencionó Idalia Cabezas, otra de las psicólogas consultadas.
Entre los nueve y los 10 años se reflejaron más dibujos relacionados con pérdidas de seres queridos que murieron de forma natural. En cambio, los niños y niñas de 11 y 12 años pintaron algunas situaciones de violencia como asaltos, violaciones y, en menor medida, el acecho de pandillas.
“Podría ser que la pandilla para los niños no sea tan amenazante, cuando dentro de la misma familia se viven casos de abusos o cuando por seguridad se aprende a convivir con estos mismos grupos”, finalizaron las profesionales.
La quema del microbús en Mejicanos hace 14 meses, donde murieron 17 personas, es un evento repetitivo en los dibujos. “Ese hecho permanece tanto en la memoria de los pequeños como también en la mente de un preadolescente. Se ven además dibujos con mucho detalle sobre balas y sobre armas”, mencionó Cabezas.
La pregunta entonces es: ¿dónde está su mundo infantil? ¿no deberían estar disfrutando de regalos, de juegos y alegrías? cuestionaron las expertas.
Sin embargo, los menores también ubican situaciones llenas de alegría, aunque en menor cuantía: “Los niños continúan valorando los momentos en familia y con los amigos, por pequeños que sean”, acotaron De Amaya y Sánchez.
La mayoría de los dibujos reflejaron que estar en la escuela e ir a la iglesia, independientemente de cuál sea la religión que se practique, vuelve a nuestra infancia segura. “Un día feliz es cuando comparten en la iglesia. También es importante cómo recuerdan su primer día de clase”, mencionaron.
La conclusión, para las psicólogas, es una: hay que trabajar en conjunto con las comunidades y la familia en la prevención y en la instalación de valores: “Entre más situaciones positivas les pasen, van a estar más fortalecidos en su personalidad”.
Es importante para ellas señalar que nuestra infancia dice y ve lo que siente. Por ello, se les debe llevar hacia sus momentos felices, es decir, estar con la familia, compartir con sus amigos y seguir formándose dentro de la escuela.