Un día después del peor terremoto en su historia, Japón ponía sus esfuerzos en detener una fuga radiactiva, que obligó a la evacuación de unas 200,000 personas.

Escrito por Agencias

El número  de víctimas mortales aún  es difícil de precisar.

En medio de la tragedia vivida desde el viernes, Japón enfrentaba un día después una evacuación masiva en la zona de la planta nuclear afectada por el terremoto, debido al riesgo de contaminación por el estado frágil en que quedaron las estaciones luego del desastre.

Unas 170,000 personas debieron ser evacuadas de las regiones aledañas de Fukushima I y otras 30,000 más por encontrarse en las inmediaciones de Fukushima II. Una explosión dañó severamente el edificio principal de la planta nuclear el sábado a raíz del terremoto, y las autoridades dijeron que una fuga de radiación se filtró de un inestable reactor, que se encuentra a 240 kilómetros al norte de Tokio.

El Gobierno insistió en que los niveles de radiación eran bajos, diciendo que la explosión no había afectado al contenedor del núcleo del reactor, y la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por su sigla en inglés) dijo que había sido informada por Japón de que los niveles “se han observado que disminuyen en las últimas horas”.

El primer ministro Naoto Kan ordenó la evacuación de los habitantes en un radio de 20 km alrededor de la central, duplicando la distancia que se había fijado inicialmente el viernes.

Según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), la evacuación aún no está finalizada y elevó la categoría del accidente en la central nuclear japonesa de Fukushima 1 al nivel 4 en la Escala Internacional para Incidentes Nucleares (INES, por sus siglas en inglés) después de que se constatara que la radiactividad superó el valor límite permitido.

El nivel 4 sirve para definir a un “accidente con consecuencias locales”. La categoría apunta a la emisión menor de radiactividad en el medio ambiente, una medida que haría necesario por ejemplo el control local de alimentos.

El operador de una central nuclear del noreste de Japón afirmó ayer que el sistema de refrigeración de otro reactor dejó de funcionar y presentaba un riesgo de explosión.

La última categoría de INES, el nivel 7, apunta a un “accidente grave” como la catástrofe de Chernobyl en 1986, la peor de la historia.

Por el momento, las autoridades estiman que posiblemente hasta 160 personas habían sido expuestas a una fuga de radiación tras la explosión de ayer.

Radiación viajaría hacia el este

Estados Unidos, desde su costa californiana, dijo ayer estar observando de cerca el incidente nuclear y de los esfuerzos para contener la fuga radiactiva, después de que los expertos vaticinaron que la contaminación podría viajar por el Pacífico.

Aunque las autoridades descartaron cualquier peligro inmediato, la Comisión Reguladora Nuclear estadounidense despachó a dos expertos y dijo que estaba en contacto con Japón.

Los expertos sugieren que, si se fundiera uno de los reactores de la central de Fukushima o si la fuga fuera muy grande, la nube radiactiva se dirigiría hacia el este por el Pacífico, hacia la costa de Estados Unidos. “La dirección del viento en estos momentos parece que encamina la contaminación hacia el Pacífico”, explicó a la prensa Andre Claude Lacoste, de la Autoridad francesa de seguridad nuclear.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reaccionó de inmediato diciendo que el riesgo para la salud pública de la fuga de radiación de Japón parecía ser “bastante bajo” pero que la red de expertos médicos de la OMS estaba lista para ayudar si era solicitado.

Nuevo desplazamiento del eje de la tierra

El fuerte terremoto que sacudió la principal isla del archipiélago japonés se desplazó en 2.4 metros, dijo a la cadena de noticias CNN Kenneth Hudnut, de la autoridad geológica de Estados Unidos.

El instituto italiano para Geofísica y Vulcanología calculó por su parte que el terremoto, de magnitud 8.9 en la escala de Richter, desplazó el eje de rotación de la Tierra en unos 10 centímetros. Se trataría del mayor desplazamiento de ese tipo desde el sismo registrado en Chile en 1960. También el terremoto de magnitud 8.8 que devastó Chile en febrero de 2010 tuvo efectos sobre el eje de la Tierra. Según cálculos de la NASA, el eje terráqueo se desplazó entonces en ocho centímetros.