La comuna de San Salvador reveló ayer que ha pactado un ordenamiento para esta Semana Santa con los vendedores informales que se encuentran a la largo y ancho de la denominada “Calle de la Amargura”, que conecta las iglesias de El Calvario y de San Esteban.
Escrito por Carlos Chávez/ Amadeo Cabrera
“Para toda la parte litúrgica ya se hizo un ordenamiento. Ellos (los vendedores) ya están totalmente adentro de las cuadras”, dijo ayer Carolina Rodríguez, directora general de desarrollo municipal.
La funcionaria espera que con este ordenamiento “el paso de las procesiones (sobre estas 10 cuadras) vaya a estar totalmente normal” durante la Semana Mayor.
La comuna capitalina tiene registradas 700 ventas en la llamada “Calle de la Amargura” la cual está dentro de los planes del reordenamiento de la municipalidad que actualmente busca los lugares alternos para instalar las ventas.
Mayra Guzmán, una de las comerciantes instaladas en la “Calle de la Amargura”, se queja de que no ha vendido como otros años, “y para colmo de males, don Norman Quijano (el alcalde) quiere quitarnos de la calle este domingo para que pase la procesión de Jesucristo. Siento que con esto nos va a querer quitar del todo”.
Por su parte, Alba Vásquez, una vendedora de los tradicionales ramos de palma de coyol, comenta que viene con su producto desde Yucuaiquín, La Unión, y que acatará la disposición de la comuna: “Yo vengo desde lejos. Duermo aquí en el atrio, y yo respeto. Mañana me quito de aquí y venderé en otro lado”.
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