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Amor en bandeja de entrada


Escrito por Gloria Flores

Dicen que el amor a veces se encuentra en el lugar menos esperado y que llega cuando uno menos lo piensa. A veces ¨Cupido¨ lanza sus flechas hasta en el ciberespacio y un pasatiempo en común, puede ser el detonante para que nazca el amor. Este es el caso de Elizabeth González e Ignacio Panamá, quienes compartían un interés: la astronomía.

Eli, como la llaman sus familiares y amigos, solía visitar una página de Internet para aficionados sobre el tema, donde ella buscaba información de su interés, y se suscribió a este sitio para recibir boletines en su correo electrónico.

Lo que Eli no sabía es que, al suscribirse al sitio, también se estaba afiliando a un grupo -de manera automática- a través del cual se podía establecer contacto con personas que tuvieran la misma afición. De ese detalle se dio cuenta a inicios de enero de 2007, cuando en la bandeja de entrada de su correo electrónico recibió un mensaje de Ignacio, a quien no conocía. Él le escribió que había encontrado su contacto en el mismo sitio donde ella se suscribió. Aunque un poco extrañada por la inesperada correspondencia, Eli decidió responder a su mensaje. Fue así como inició un intercambio de correos electrónicos.

Eli trabajaba en ese entonces en una empresa dedicada al reclutamiento de personal y, con el pasar de los días y de la comunicación vía e-mail, nació la curiosidad de saber cómo era físicamente el destinatario de sus mensajes.

Casualmente, Ignacio -licenciado en Mercadeo- aparecía en la base de datos de la consultora para la que laboraba Eli. Así, ella y unas amigas del trabajo planificaron llamarlo y citarlo para que llegara a hacer una actualización de información. Esto le permitiría a Eli conocerlo en persona.



A mediados de febrero, Ignacio fue citado para llegar a la empresa, pero no fue recibido por Eli, si no por otra compañera de trabajo de ella. Eli se asomó a la oficina para poder verlo, sin que él sospechara nada, y sus miradas coincidieron por un breve instante; sin embargo, no cruzaron palabras, e Ignacio se fue de la oficina sin imaginarse que la mujer a la que él pretendía vía e-mail había planificado todo.

Después de ese día, la comunicación entre ellos continuó por correo electrónico, pero también trascendió al teléfono. Un día se animaron y acordaron reunirse un 17 de febrero de 2007. Se encontraron para almorzar en un restaurante de comida oriental, en un centro comercial de Antiguo Cuscatlán. Eli lo decidió así. Ella prefería que fuera un lugar muy público; no esta demás tener alguna precaución, porque, aunque habían mantenido comunicación por varios días, no dejaba de ser aún un extraño.

Entre risas y una conversación variada en temas, Ignacio y Eli pudieron conocerse un poco más, aunque el encuentro duró apenas par de horas.

Pasado casi un mes después de aquella primera cita, iniciaron un noviazgo el 15 de marzo, y este 2013 cumplirán seis años de novios. Ambos consideran una bendición de Dios haberse conocido y ahora quieren compartir el resto de sus vidas.

¨Es un hombre con valores, preocupado por el bienestar de su familia, extrovertido, le habla a todo mundo y siempre tiene un tema de conversación. Yo soy un poco más reservada, de pocos amigos. Tiene un corazón generoso y no guarda rencor. Puedo decir que él es mi mejor amigo¨, dice Eli al hablar de las cualidades de Ignacio.

Ignacio describe a Eli como una mujer dulce, con calidad humana y humildad. ¨Su inteligencia, su manera de ser tan especial y cariñosa me enamoraron. Es una mujer responsable y fiel a sus ideales¨, agregó.