El terremoto en México causó gran devastación. (Foto: Archivo LPG)
Los últimos acontecimientos en el continente americano han vuelto a replantear la duda entre la comunidad científica y la sociedad en general.
No han pasado más de 30 días y América ha sido azotada por cinco grandes huracanes (Harvey, Katia, Irma, José y María) y dos terremotos que devastaron gran parte del territorio de la capital de México, curiosamente con tan solo 12 día de diferencia (7 y 19 de septiembre), además de ser de magnitudes superiores a los 7 grados.
Tras estos acontecimientos y la gran capacidad destructiva que todos han tenido surge la pregunta: ¿hay alguna relación entre huracanes y terremotos? Sobre ello Behzad Fatahi, profesor asociado de ingeniería geotécnica y de terremotos de la Universidad Tecnológica de Sidney (Australia), concedió una entrevista a la cadena informativa CNN en la que explicó algunos factores a considerar al respecto y de vital importancia para toda América.
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Con relación a los terremotos en México, Fatahi aseguró que “México queda en una zona sísmica crítica: el Anillo de Fuego, un área de 40.000 kilómetros en forma de herradura de zapato que se extiende desde el límite de la placa del Pacífico y las placas más pequeñas, como la placa del Mar de Filipinas a las placas de Cocos y Nazca que línea el borde del Océano Pacífico”.
Esto es lo que permite que sucedan terremotos de gran devastación como los hechos ocurridos en los últimos días, similares a los acontecidos hace 32 años en el terremoto de magnitud 7.2 de 1985. Sin embargo, Fatahi también es enfático en señalar que, aunque “sepamos de áreas propensas a terremotos, Aún no se puede predecirlos con suficientemente antelación como para evitar las muertes”.
Sobre esto, John Vidale, sismólogo internacional, dijo a CNN que “las placas tectónicas fueron el motor de la sacudida, como ocurre en todos los grandes sismos”. “A lo largo de la costa de México, la placa de Cocos se desliza debajo de la placa Norteamericana, moviéndose cerca de 7 centímetros por año. El sismo del martes, no obstante, fue causado por el arrugamiento que se originó de la flexión hacia abajo de la parte hundida de la placa de Cocos, y o directamente por el deslizamiento entre las placas”, detalló.
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Vidale explicó también que desde 1900, ha habido 34 terremotos de magnitud mayor a 7 dentro de un rango de 480 km de donde fue el sismo del martes. Sin embargo, ambos expertos dejaron en claro que huracanas y terremotos tienen una explicación natural separada y que los huracanes de estas últimas fechas se han producido en la temporada anual en la que estos fenómenos suelen originarse.
Pero, un estudio publicado por el Seismological Research Letters, abre la posibilidad a una relación entre terremotos y huracanes. “Es posible que el aumento de la tasa de sismicidad durante el paso del huracán Irene pudiera ser por casualidad”, detalló dicho estudio con relación a un huracán que azotó El Caribe en 2011 y que se dio simultáneamente con una serie de sismos en Estados Unidos y parte de América Latina.
De igual forma, en 2011, un estudio de un científico de la Universidad de Miami mostró que los terremotos podrían estar propiciados por ciclones tropicales (huracanes y tifones), algo que también expresó Shimon Wdowinski, sismólogo de esa institución, tras asegurar que existió una correlación entre ciclones tropicales de muchas lluvias en Taiwán y Haití con grandes terremotos que ocurrieron tres años después.
Sin embargo, a pesar de los múltiples estudios al respecto, no es posible determinar aún una relación o no entre estos dos fenómenos naturales que han azotado el planeta en las últimas semanas. El punto en común entre todos los estudios, no obstante, sigue siendo los efectos del cambio climático y sus devastadoras consecuencias, aseguró CNN.
