Acuerdos abrieron un gran espacio para el futuro, pero quedaron tareas por hacer

David Escobar Galindo considera que la paz se debe ir construyendo en el tiempo, aprovechando el nuevo escenario democrático en el que se permita la interacción, para llegar a buenos resultados.

Por Cristian Meléndez

El doctor David Escobar Galindo es un poeta, novelista y jurista salvadoreño, pero también fue uno de los hombres claves en el proceso de negociación de los Acuerdos de Paz entre la exguerrilla y el Gobierno. Integró la comisión que designó el expresidente Alfredo Cristiani para llegar al fin del conflicto. El reloj marca las 3:04 de la tarde del lunes 8 de enero de 2017. En ese momento faltaban ocho días para que el país conmemore un cuarto de siglo de la firma de los Acuerdos de Paz y el doctor Escobar Galindo habla de cómo se vivió el proceso de negociación, los temores, los retos y consensos de las mesas de diálogo.

Veinticinco años atrás, el 8 de enero de 1992, Escobar Galindo ya había sido testigo de cómo se había concretado el 31 de diciembre de 1991 el pacto entre la fuerza beligerante y el Gobierno salvadoreño, para que el 16 de enero 1992 en el castillo de Chapultepec, México, se diera el escenario idóneo para la firma de los Acuerdos de Paz. “No hubo ni vencedores ni vencidos”, dijo Escobar Galindo, después de más de una década de enfrentamiento armado que sí dejó miles de víctimas mortales civiles, de la Fuerza Armada y de los integrantes de la exguerrilla.

Sentado en un mueble de la sala de su casa en San Salvador, Escobar Galindo dice que la firma del 16 de enero de 1992 es la partida de nacimiento de la paz en El Salvador. Él asegura que la paz se logrará con el paso del tiempo, pero que se debe hacer un análisis de las tareas que quedaron pendientes del proceso y cómo se debe aprovechar la nueva vía hacia la democracia, que se generó con el cese del fuego, para realizarlas dichas tareas.

“Así como la guerra se desarrolló en el tiempo, la paz también se desarrolla en el tiempo. Yo por eso digo que el Acuerdo de Paz es como la partida de nacimiento de la paz, en comparación de lo que ocurre con los seres humanos. A partir de ahí viene toda la vivencia del ser humano. Lo que ocurrió en 1992 es un acontecimiento que abrió un gran espacio para el futuro y en eso estamos, pero quedaron muchas tareas por hacer”, expresó Escobar Galindo.

Esas tareas, según Escobar Galindo, no se han cumplido y considera que el principal error ha sido no hacerlas a tiempo. Y no se han cumplido pese a que con el fin de la guerra armada se abrió un espacio que nunca había ocurrido en el país, para que todas las fuerzas de la vida nacional pudieran interactuar pacíficamente en un ámbito democrático, competitivo, libre y abierto.

De acuerdo con Escobar Galindo, el escenario está ahí y es un escenario que no se ha movido regresivamente en ningún momento. Dice que a quienes habría que señalarles las fallas “es a los actores que actúan en el escenario”.

Ingreso a la comisión de Gobierno

La incorporación de Escobar Galindo a la comisión negociadora que organizó el presidente Cristiani fue, hasta cierto punto, una especie de casualidad. Él reconoce que casi no conocía al ex jefe de Estado y que ese acercamiento se dio meses antes de que ganara la elección presidencial de 1989, porque tenían un amigo en común.

Ese acercamiento le permitió que en un primer momento conversaran de temas educativos y después de la parte política. Incluso, Escobar Galindo asegura que ayudó con la redacción del discurso de toma de posesión del arenero.

Para Cristiani, la conformación de la delegación de parte del Gobierno que retomaría los intentos de diálogos, que inició el expresidente Napoleón Duarte, no fue tarea fácil, asegura Escobar Galindo. La razón, dice, es porque en ese momento había demasiado escepticismo en si reiniciar el diálogo tendría resultados.

“Mucha gente decía: ‘¿Cómo van a poder llegar a un entendimiento, mientras se siguen matando en el terreno?’. Pero había un factor que es muy importante mencionar, y que se menciona poco, y es el factor realidad. Tanto internacionalmente como nacionalmente las condiciones se iban empujando a una solución política, porque cada vez se alejaba más la posibilidad de una solución militar que, desde luego, era lo que querían las partes cuando iniciaron la guerra”, expresó Escobar Galindo.

Tras diferentes acercamientos, la comisión negociadora del Gobierno quedó encabezada por el mismo presidente Cristiani, Escobar Galindo, el doctor Óscar Santamaría, el coronel Juan Martínez Varela, el general Mauricio Vargas, el doctor Abelardo Torres y el doctor Hernán Contreras.

Nuevos acuerdos y nuevos retos

Superados esos temores y con la firma de los Acuerdos de Paz, el país ha entrado en una nueva era en la que es fundamental llegar a otros acuerdos, dice el doctor Escobar Galindo, teniendo en cuenta los nuevos retos que enfrenta la población.

“Ahora creo que lo que estamos buscando es entrar en un ejercicio de entendimientos que permitan construir un plan de país y tener una visión clara, coherente y sustentada hacia el futuro. Eso es lo que estamos buscando y es una tarea natural, no es nada extraordinario. Es lo de cualquier país que quiera funcionar bien necesita hacer”, agregó Escobar Galindo.

Sin embargo, para el exintegrante de la delegación del Gobierno en el proceso de la firma de los acuerdos, llegar a esos entendimientos para construir un plan de nación es un déficit que tienen las fuerzas políticas. Según el escritor y jurista, esto se da porque todavía los actores del nuevo escenario que se creó tras la firma, y principalmente los actores políticos, “parece que no acaban de aceptar que la democracia es interacción positiva”.

“Cada quien tiene su línea de pensamientos, sus metas políticas y concepciones ideológicas, pero eso no tiene que ser manejado como una dinámica beligerante. Es simplemente actuar con esas diferencias, para que de las diferencias salgan las políticas interactuantes que son las que se necesitan para que la democracia realmente funcione. Eso es lo que estamos necesitando”, expresó.

En ese sentido, Escobar Galindo considera que para superar las barreras que enfrentan los actores actuales, las fuerzas políticas deben dejar de lado la política competitiva. Según él, parte del éxito del diálogo que se concretó el 16 de enero de 1992 en México fue que, tanto el Gobierno y la exguerrilla, “estaban en la búsqueda de una solución a un problema que estaba ahí y que ya no tenía como resolverse sin esa solución”.

“Ahora habría que llegar a esa conclusión lógica, que es la que se impone, que no es posible salir de los problemas que tenemos sin usar el mismo método. En gran medida es cuestión de métodos. De nada sirve estarse descalificando constantemente. Eso no lleva a ninguna parte, al contrario, eso más bien hace que las cosas no caminen”, señala .

Precisamente, uno de los principales problemas que tiene el país, 25 años después de la firma de los Acuerdos de Paz, es la corrupción.

“¡Por supuesto que sí!”, responde Escobar Galindo, al preguntarle si la corrupción es uno de los problemas que más afecta a la sociedad salvadoreña. Empero, él asegura que a diferencia de otros años hoy se tiene una ventaja y es que hay dinamismo desde las instituciones que hacen ver que se está tratando de luchar contra la corrupción, y eso lo considera un factor positivo para el bienestar del país.

“Cada quien debe hacer sus propias luchas para evitar que la corrupción se convierta en el factor principal que mueva el aparato público. Creo que hemos avanzado en ese campo, y se nota con que ahora el tema está sobre el tapete y cada vez se interesan más en el tanto la ciudadanía como las instituciones”, dijo.

Adversarios interactuantes

También considera que hay otros retos que superarlos es clave para el desarrollo económico y social del país. En el área social, Escobar Galindo dice que el principal reto es la creación de oportunidades para la población, “porque si hay oportunidades adecuadas para que el ser humano pueda realizarse y autorrealizarse, entonces hay vías hacia el futuro, porque esas vías no son exclusivamente de naturaleza colectiva, tienen que ser aterrizadas en el ser humano. Hay que crear oportunidades para que el ser humano se pueda desarrollar en lo que quiera y en lo que pueda. Ese es el punto clave”, señala.

Otro de los retos que a su juicio tiene el país es que todos los sectores cambien sus “actitudes y resabios”. Escobar Galindo dice que se viene de una época de conflicto en la que prevalecía el concepto del enemigo. Sin embargo, dice, que en una democracia eso ya no funciona, porque en ese escenario lo que hay “son adversarios interactuantes, no enemigos beligerantes”.

En ese sentido, llama a que se supere esa equivocada concepción y no tenerle miedo a la interacción. Según Escobar Galindo, la interacción es lo sano, lo natural, lo que conduce a soluciones y nadie sale perdiendo.

“Se cree que chocar es fortaleza y entenderse es debilidad, pero es todo lo contrario, la solución política de la guerra lo demostró. Los actores principales estaban desde hace diez años chocando en el terreno y no pudieron, se debilitaron en ese ejercicio y al final se fortalecieron con el entendimiento”, dice al recordar que en el conflicto no hubo vencedores ni vencidos.

Legalidad del FMLN y avance de agenda

El FMLN surgió como partido político luego de la unificación de cinco organizaciones guerrilleras. Dicho partido tomó legalidad luego que en el seno de la mesas de negociaciones entre la exguerrilla y el Gobierno se decidió que se le daría vida por decreto legislativo. Ese decreto se hizo realidad el 1.º de septiembre de 1992. Eso le valió para que el Tribunal Supremo Electoral (TSE), institución que también se creó con los acuerdos, admitiera su registro legal y otorgándole personería jurídica el 14 de diciembre del mismo año.

Según Escobar Galindo, esto ayudó a evitar cualquier tipo de problema que pudiera tener la exguerrilla, sobre el compromiso adoptado, para que se incorporaran a la vida política. También considera que con eso se demostraba que había un interés en que ellos se convirtieran en actores políticos en el nuevo escenario democrático que se creó.

Escobar Galindo reconoce que el FMLN y su liderazgo actuaron en consonancia con la realidad. Según él, porque el diálogo no se puede hacer solo en una parte, tiene que ser interactuante.

En 2009, 17 años después de la firma de los Acuerdos de Paz, el FMLN logró por la vía política tomar el control del país al ganar la presidencia.

Cabe mencionar que Escobar Galindo califica de un papel excepcional el trabajo que realizó el líder de la contraparte, el expresidente Alfredo Cristiani.

El trabajo desarrollado por ambas partes dice que, a pesar de las dificultades que se presentaron, en ningún momento se atascó.

“Solo la interacción permite llegar a los buenos resultados. El proceso por supuesto tuvo dificultades, como es natural. No podía ser un proceso fácil, sino hubiese sido superficial, pero en ningún momento se atascó. Habían momentos más difíciles que otros, como es natural, por la temática más que todo, pero se fue llevando una dinámica que abría espacios”, dijo.

Un factor clave en estos momentos, insiste el doctor Escobar Galindo, es que haya mayor participación de la ciudadanía en los diferentes temas de país. Esto porque, a su criterio, ahora la conducción histórica del proceso ya no la tienen de forma en exclusiva los actores políticos, sino que la tienen compartida con la población. “Yo creo que hay que pedirle al pueblo salvadoreño de que siga en esa ruta y que ahora participe aún más, que opine constantemente. Creo que eso puede mover muchas cosas en el país… Yo creo que estamos ante una autopista del futuro, ya no estamos ante veredas y hay que asegurarse que así sea”, concluyó.

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