Francisco Olavarría, embajador de México en El Salvador, dice que los nuevos retos que tiene el país pasan porque la clase política llegue a nuevos consensos.
Cristian Meléndez/Milton Jaco
El diplomático considera que parte de los obstáculos que se enfrentan en estos momentos son la delincuencia y la corrupción, y considera que en gran medida se mantiene el esquema económico y social de los años ochenta, pero que es algo que se puede superar.
“Los índices de violencia son una situación que es superable en el ámbito de la democracia, en el ámbito de cooperación que tiene que haber entre los partidos políticos, porque los partidos políticos no son otra cosa que representantes de los salvadoreños”, detalló el embajador Olavarría.
A 25 años de haber puesto fin al conflicto armado, Olavarría dijo que el país puede superar los retos que enfrenta y que una vez más se puede convertir en ejemplo de lograr acuerdos entre las principales fuerzas, en este caso, políticas del país.
Olavarría dice desconocer si se debe llamar a un segundo acuerdo, pero sí es claro en afirmar que se pueden superar los problemas a través del diálogo para terminar las diferencias. “Ahora mismo El Salvador puede retomar la senda del diálogo en un contexto democrático”, dijo Olavarría.
En el tema de la corrupción, uno de los males que aquejan a la sociedad salvadoreña y que en los últimos años ha evidenciado cómo varios funcionarios y exfuncionarios se han visto involucrados en actos de este tipo, el embajador dice que lo fundamental es que se apliquen la leyes y se demuestre que nadie está por encima de la ley.
Olavarría considera que para lograr esto, nuevamente, es fundamental que haya diálogo entre las principales fuerzas políticas. “El principal elemento para combatir la corrupción tiene que ser el consenso entre partidos políticos y la sociedad, en el sentido que no debe permitirse a nadie el usufructo de bienes producto de la corrupción. En ese sentido, los partidos políticos, al igual que pasa en México, debemos despolitizar la ley. La acción legal tiene que ser igual para todos, el piso debe ser parejo y nadie debe enriquecerse de lo que es de todos”, dijo el embajador.