Jonathan Laguán
“Era un ambiente de fiesta. Se respiraba alegría, fiesta y victoria. Había gente que nunca había venido a la capital, pero en ellos se reflejaba la felicidad de todo el país”, expresa Francisco Javier Campos Sosa, fotoperiodista salvadoreño conocido como “Francisco ‘Chico’ Campos”, autor de la fotografía que circuló por varios medios internacionales sobre la celebración de la firma de los Acuerdos de Paz, en la Plaza Barrios, de San Salvador.
No sabe si fue suerte o simplemente una buena jugada del destino a su favor, pero, para Francisco Campos, esa fotografía no es solo un recuerdo más de ese momento, sino la muestra misma de un pueblo que pedía y necesitaba un aire de paz en la sociedad. “Esa fue una de las mayores concentraciones que tuve la oportunidad de cubrir. Llegó más gente que la vez en que velaron a Monseñor Óscar Arnulfo Romero”, recuerda Campos.
Como fotoperiodista de medios locales y de la Agencia Francesa de Prensa, Campos había dado cobertura a todo el proceso de paz que inició con el presidente Duarte y que terminó en la firma de los Acuerdos de Paz en Chapultepec, México. También había capturado, durante unos seis años, las escalofriantes imágenes de las crudas y trágicas escenas que a su paso dejó el conflicto armado.
Campos fue programado por la Agencia Francesa de Prensa para cubrir el evento de celebración en la Plaza Barrios, donde, sin saberlo, captaría la postal más emblemática del júbilo salvadoreño por la paz y que sería la foto icónica del festejo nacional de este suceso. La imagen sería, un día después, portada de importantes periódicos como The Washington Post y The New York Times.
“Ese día, se nos había pedido tomar una fotografía de la población celebrando la firma de la Paz para enviarla a los noticiarios europeos. Sin embargo, ese día, me equivoqué al seleccionar el rollo de la cámara, por lo que durante el evento, el rollo solo tenía diez capturas más. Por un momento pensé en cambiar la película, pero decidí finalizar así, por lo que disparé mis últimos diez cuadros, después de la danza que realizaron y cuando las mujeres lanzaron las palomas. Así fue como me encontré con la escena de la fotografía”, recuerda Francisco.
“Yo creo que fue un poco de suerte, o no sé”, bromea el fotoperiodista, quien confirmó que tuvo acercamientos de medios japoneses, estadounidenses, europeos y de diversas partes del mundo para solicitar el uso de la fotografía del festejo en la Plaza Barrios. “Varios guerrilleros llegaron en su uniforme de fatiga para celebrar. Fue una experiencia única”, rememoró Campos.