El extenso mensaje navideño de Mauricio Funes es una de las mejores piezas de publicidad electoral que he visto y escuchado estos días en la televisión. Las imágenes y el sonido se funden estéticamente con un contenido que comunica sensatez y genera confianza. Acompañado de su señora esposa, el candidato repasa con mirada franca y tono apacible los puntos que lo han ubicado en un sólido primer lugar en las preferencias electorales.En lo personal, no tengo dudas sobre la capacidad ni sobre la vocación democrática del candidato del FMLN.”
Escrito por Joaquín Samayoa
El mensaje está dirigido a consolidar la confianza del segmento de electores, que a lo largo de más de un año ha venido sumándose al voto duro del FMLN. Está pensado para disputarle a ARENA el voto de los que muestran alguna disposición a confiar en él, pero todavía no terminan de decidirse.
A quienes lo ven con simpatía, pero rechazan a su partido, les asegura una vez más, con mucho aplomo, que será él quien tome las decisiones. A quienes temen otra Nicaragua u otra Venezuela, les reitera su compromiso de fortalecer las libertades y derechos civiles y políticos propios del sistema democrático. A quienes podrían ver amenazados sus logros empresariales, les dice que una holgada condición económica no será ya el vehículo para obtener prerrogativas, pero tampoco será motivo de hostilidad o exclusión.
A quienes desconocen o dudan de sus valores personales les habla de su fe cristiana, arraigada en la formación humana que le dieron los jesuitas en el colegio Externado San José. A quienes ponen reparos relacionados con su inexperiencia política, les dice que se siente preparado y maduro para asumir el gran desafío de la conducción del país en una encrucijada en la que convergen la crisis financiera internacional y las consecuencias de 20 años de mal gobierno de ARENA.
Es un buen mensaje pronunciado en momentos en que las festividades navideñas ponen a flor de piel la sensibilidad y la buena voluntad de la gente, lo cual aumenta la receptividad a lo bueno que hay o puede haber en las demás personas, aun en aquellos de quienes no tenemos un juicio muy positivo. En pocas palabras, una oportunidad bien aprovechada para influir en la mente y en los corazones de la gente.
Faltan casi tres meses para la elección presidencial y todavía muchas cosas pueden pasar, aunque cada día es más difícil y menos probable que se revierta significativamente una tendencia que se ha mantenido casi intacta a lo largo de tantos meses.
En lo personal, no tengo dudas sobre la capacidad ni sobre la vocación democrática del candidato del FMLN. Sin embargo, para su propio beneficio electoral y para sus posibilidades de hacer buen gobierno, en caso de ganar la presidencia, le sugeriría dar más pensamiento y comunicar mejor sus ideas sobre dos aspectos fundamentales.
El primero tiene que ver con decisiones viables y eficaces para encarar una realidad muy adversa derivada de la situación internacional. El segundo se refiere a la forma de conciliar sus ideales democráticos con la ideología estatista y autoritaria que prevalece en su partido.
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