Más que en razones escondidas, la principal causa de los márgenes de diferencia está en la metodología, según los invitados al foro.

La publicación de una encuesta es el final de un trabajo que debe realizarse con pinzas desde la preparación y el diseño de la muestra, hasta la lectura y tabulación de las entrevistas; en este proceso, cada casa encuestadora tiene sus métodos y de ellos dependen en gran medida los resultados que terminan publicándose. Esta es la explicación en la que coincidieron los cuatro invitados al Foro Político de LA PRENSA GRÁFICA, donde además de leves señalamientos éticos y de objetivos, explicaron aspectos técnicos.

Janeth Aguilar, del IUDOP, marcó dos razones: la dimensión técnica y el manejo ético de estas, relacionando los objetivos de las instituciones o empresas encuestadoras para hacer determinada medición. A su juicio, los medios de comunicación -representados en este foro por LPG Datos y Mitofsky- tienen un objetivo informativo, de buscar una noticia, y las universidades -representadas por el IUDOP de la UCA y CIOPS de la Universidad Tecnológica- tienen fines educativos, más de investigación.

“En principio lo más obvio es decir que hay una diferencia en metodología o un manejo perverso de resultados”, dijo Edwin Segura, jefe de LPG Datos, después de haber revisado algunos aspectos técnicos de los sondeos desarrollados por las otras casas encuestadoras.

“Al revisar datos de control (género, edad, educación…) tampoco encuentro mayor diferencia, entonces la diferencia está en lo que no sé”, explicó al señalar que esta puede estar en cómo el entrevistador en campo se aproxima a las personas y no está escogiendo con los criterios que se le dieron. “Esto es lo que asumo en el entendido que ninguno de los que está aquí está torciendo datos”, argumentó.

Nelson Zárate, del CIOPS, señaló que no es la primera vez que hay diferencias. “Si por otras encuestas hubiera sido, San Salvador hubiera tenido como alcaldes a Jacir de Lovo, Luis Cardenal y Rodrigo Samayoa”, recordó, al marcar que las diferencias actuales no son en alcaldías, sino en presidenciales.

“Es más una cuestión de metodología. Lo que hay que evaluar es si los medios y las casas encuestadoras ponemos nuestras barbas en remojo después de las elecciones y podemos desnudar por qué la diferencia”, dijo.

Sin considerarse local, el representante de Mitofsky cree que la diferencia no se puede encontrar tan fácil. Para él, los resultados pueden variar desde el momento en que se efectúan las entrevistas.

“Yo soy de la idea que nunca hay que ver un árbol sino el bosque completo, ver todas las encuestas”, opinó al coincidir que el objetivo de un medio de comunicación sí es distinto con el que puede tener una encuesta de campaña o la de una universidad.
Los números

El comparativo de los resultados de las encuestas publicadas en las elecciones de los últimos años muestra que desde 1994 estas han dado, con éxito relativo, la intención de voto de los salvadoreños al mostrar quiénes son los principales contendientes; el escenario de la elección (si será abierto o cerrado); y la brecha entre el primero y el segundo.