Las empresas no participan en las licitaciones y las orquestas no quieren amenizar las fiestas en Meanguera del Golfo, La Unión. Quizás sea por la lejanía y el riesgo implícito de recorrer 45 minutos en lancha, quizás por la carestía del transporte (hasta $80 por un viaje exprés, $150 por llevar carga). El alcalde Juan Edgar Avilés se inclina por la distancia: “Queríamos (para las fiestas de marzo) traer a los Hermanos Flores y nos dijeron que por ningún pisto venían hasta acá”.
El municipio son dos cerros que se levantan sobre las aguas del golfo de Fonseca. A un costado, frente a la isla hondureña El Tigre —o Amapala— un puñado de casas y muros tiene la bandera tricolor de ARENA y, con menor presencia, la azul del PCN. Es, políticamente, un territorio de derecha. El FMLN ha sacado cero votos en cuatro de las últimas cinco elecciones municipales.
Avilés llegó al poder municipal en 1994. Se impuso por 366 votos al candidato del PDC. Dice que recibió un municipio sin luz eléctrica, con un embarcadero de madera y calles angostas sin nombre. En 2006 revalidó el cargo con 679 votos. Su sombra fue el candidato pecenista Jerry Lewis Galeas, con 319 votos.
Los mismos partidos, los mismos candidatos, quieren el cargo municipal este domingo. “Faltaría mucho tiempo para que otros partidos echen raíces”, dice Avilés. “Tiene un proyecto de agua que ha inaugurado muchas veces y no cae en las casas. Ha pasado 15 años y la gente manifiesta que faltan muchas cosas”, cuestiona Galeas.
Modesto Andrade, un anciano de 76 años, frunce el ceño cuando recuerda que su hija —una abogada que vive en San Miguel, simpatizante del FMLN— intenta convencerlo de que miles de salvadoreños emigran hacia Estados Unidos por las erradas políticas del Gobierno.
“Imagine esa barbaridad”, la amargura se siente en sus palabras, “¿que solo salvadoreños emigran hacia Estados Unidos? Hay más de otros países, hay más cubanos”.
Mirna Calero, quien vive cerca de la bocana donde estaba el embarcadero de madera Roberto d’Aubuisson, le agrega otro componente: “Vimos lo qué pasó allá en Nicaragua (la primera llegada de Daniel Ortega al poder). Toda esa gente salió huyendo por la gran miseria, muchos vinieron aquí a la isla a jalar bultos, ¿y nosotros para dónde vamos a agarrar?”
Calero aclara que su voto municipal será para el PCN porque acusa al alcalde de solo beneficiar a sus allegados. Pero, “para presidente, creo, toditos vamos a votar por ARENA”. El romance de Meanguera con el partido oficial se remonta a mediados de los noventa, cuando un cable submarino les llevó energía eléctrica. Luego, la administración de Antonio Saca reforzó el idilio con la instalación de una antena para ver los canales de televisión salvadoreños y la construcción de un nuevo embarcadero.
La antena funcionó un año, entre 2005 y 2006, luego se quemó. El embarcadero está en plena construcción y el alcalde promete gestionar un ferry con su homólogo en Miami. A Ernesto Cruz Roldán no le importa que las obras estén fuera de servicio o en la etapa de promesa: “Siempre voto por ARENA”.
El nuevo embarcadero seguirá llamándose Roberto d’Aubuisson. Las calles aún no tienen nombre. “En el otro período.” Avilés habla con la seguridad de que, en tres días, ganará otra vez.
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