A la hora de votar

jtojeira

 

“Votemos por aquel o aquella que creamos beneficiará más al conjunto de nuestra ciudad o de nuestro país. Respetando el pensamiento ajeno, permaneciendo firme en el propio.”

 

Lo primero, votar en conciencia. No debe ser el miedo, el interés egoísta, los lazos familiares, la propaganda o el resentimiento quienes decidan por nosotros. Votemos por aquel o aquella que creamos beneficiará más al conjunto de nuestra ciudad o de nuestro país. Respetando el pensamiento ajeno, permaneciendo firme en el propio. Votar en conciencia supone capacidad crítica, reflexión sobre la realidad, escucha de diferentes opiniones.

Sigue el votar a favor del desarrollo integrador y justo. Nuestro país ha mantenido un modelo de desarrollo vulnerable. Crisis económicas, alzas de gasolina, terremotos, inundaciones, enfermedades, pueden golpear nuestro camino hacia el desarrollo con demasiada severidad. Este modelo debe cambiar, y cualquier partido que gane está llamado a realizar cambios profundos en el mismo.

Se debe votar también a favor de los pobres y en contra de la pobreza. El empleo decente escasea en el país, según pudimos ver en el estudio del PNUD, 2007-2008, referido a El Salvador. El sistema de salud público debe unificarse sin esa división entre Ministerio de Salud y Seguro Social, ejemplo patente de lo que significa la marginación y la exclusión en un derecho tan fundamental como la salud. Debe existir una pensión compensatoria para quienes no cotizan, especialmente para las mujeres. El lujo debe pagar impuestos más altos. Y así un largo etcétera de medidas y contenidos de los planes electorales deben ser meditados y sopesados, teniendo en mente la erradicación de la pobreza.

Es lógico votar por las personas que dan garantía de estar más cerca de mi capacidad de influencia. Un diputado, un alcalde que por alguna razón esté alejado de la ciudadanía no va a ser un buen representante. Votar no solo por el que conozco más, sino por aquel que me da garantías de poseer capacidad de diálogo, y al que podré acceder para sugerir, reclamar o solicitar apoyo para mi comunidad.

El voto es también un arma de castigo, y debe ser usado de esa manera. Un diputado que no se priva de dar declaraciones, públicas o privadas, contra la mujer (machista, antifeminista), o que incluso acosa a algunas de sus conocidas o empleadas no debería tener el voto de las mujeres. Un diputado que defienda las armas, símbolos de violencia o que mantenga un lenguaje excesivamente agresivo no debería tener el voto de los que aman la paz. A un diputado mentiroso, borrachín, irresponsable con sus hijos, sería perfectamente justo que quienes aman la moral y los valores lo excluyeran de su lista personal de candidatos. Finalmente, el voto debe ir dirigido a quien ofrezca también las mejores oportunidades de profundizar nuestra democracia. Vivimos una democracia débil, sin listas separadas y personalizadas de candidatos a diputados y sin participación proporcional en los cabildos municipales. La Constitución no ofrece la posibilidad de referéndum. El TSE debe despolitizarse y dividir la funciones jurisdiccionales de las administrativas. Y una larga lista que no cabría en este espacio. Reforzar la democracia, profundizarla, es también motivo ciudadano para votar con conciencia y dignidad.

No Comments »

No hay comentarios aún.

RSS feed for comments on this post. TrackBack URL

Comentarios enviados