“Los resultados de estas elecciones revelan que las presidenciales probablemente serán más disputadas de lo que se creía, y que estas elecciones sí pueden incidir en las estrategias electorales, y por tanto incidir en los resultados de la contienda de marzo.”

Los resultados electorales señalan un importante avance del FMLN a escala nacional: ha incrementado un poco sus diputados (de 32 a 35), tuvo un aumento significativo en alcaldías (de 58 a 86), y en general se consolida como la primera fuerza política del país.

Roberto Rubio-Fabián

Los resultados electorales señalan un importante avance del FMLN a escala nacional: ha incrementado un poco sus diputados (de 32 a 35), tuvo un aumento significativo en alcaldías (de 58 a 86), y en general se consolida como la primera fuerza política del país.

Esto representa una victoria para el Frente. Sin embargo, al menos dos factores han empañado esta victoria que sabe a derrota. Por un lado, a causa de las traicioneras expectativas. Cuando estas son grandes, grande es la frustración. Cuando suben muy alto, alta es la caída. El Frente, entusiasmado excesivamente por las encuestas, especialmente de las universitarias que le daban margenes a favor de alrededor del 15%, generó una expectativa de triunfo arrollador, que ahora atropella su entusiasmo. El gusto de la victoria se hubiera sentido más sin este “boomerang” del triunfalismo, que a veces sabía a prepotencia y arrogancia.
Por otro lado, a causa del triunfo de ARENA en la simbólica ciudad capital, explicada por el desgaste y la pobre gestión municipal del FMLN, una campaña municipal mimética y asimilada a la campaña presidencial del Frente, y a una excelente e innovadora campaña municipal por parte de Norman Quijano y su equipo, distinto del equipo de campaña de Ávila. El haber convertido las elecciones en San Salvador en una especie de primera vuelta de las presidenciales permitía irradiar el triunfo local a escala nacional, así como permitía proyectar al perdedor local en derrotado nacional.

Por otro lado, ARENA ha tenido no menos importantes retrocesos: bajó algo sus diputados (de 34 a 32), redujo bastante sus alcaldías (de 148 bajó a 108), y fue desplazada como primera fuerza política. Esto representa una derrota para ARENA. Sin embargo, el haber logrado una derrota cerrada cuando se esperaba arrolladora y el haber ganado la emblemática ciudad capital le han permitido presentar su derrota en victoria. La reacción defensiva y poco hábil del Frente al resultado electoral, como la reacción ofensiva y la habilidad mediática de ARENA, han contribuido aún más a ello.

La lógica del votante en estas elecciones posiblemente será muy distinta de las presidenciales, y por sí mismos, los resultados electorales de ahora no necesariamente impactan los próximos. Sin embargo, hay que añadir dos cosas. Primero: que los resultados de estas elecciones revelan que las presidenciales probablemente serán más disputadas de lo que se creía. Segundo: que estas elecciones sí pueden incidir en las estrategias electorales, y por tanto incidir en los resultados electorales de la contienda de marzo.