PDF Bases  PDC y PCN cruzan sus votos

El escenario está listo para que las elecciones presidenciales del próximo 15 de marzo se resuelvan en una sola visita a las urnas, luego del abandono prematuro de los candidatos presidenciales del PDC, Carlos Rivas Zamora, y del PCN, Tomás Chévez.

El sacrificio de estos candidatos, cuyas probabilidades de victoria eran nulas, beneficia a simple vista al candidato de ARENA, ya que las dirigencias de estos partidos son de derecha. Las bases, sin embargo, son temperamentales y no saben de fidelidades partidarias.

Las investigaciones más recientes realizadas por LPG Datos, la primera en centros de votación el 18 de enero y la otra en hogares una semana más tarde, muestran que las personas que votaron por el PCN y el PDC en la contienda legislativa tenían repartidas sus simpatías, de cara a las elecciones presidenciales. ARENA, en consecuencia, debe tener una alegría moderada ante la verdad aritmética de que sus votos legislativos y los de estos partidos suman más de la mitad del total.

LPG Datos preguntó a los ciudadanos en los centros de votación por quién votaron ese día para diputados y por quién habrían votado para presidente. El 15% marcó la papeleta legislativa del PCN o el PDC, pero no tenían en mente serle enteramente fiel a la derecha en la presidencial. No le habrían sido fieles ni siquiera a sus partidos. El 43% de los votantes del PCN declaró que habría votado por ARENA, el 22% por su partido, el 16% por el FMLN, mientras que el resto no dijo por quién.

Las personas que apoyaron al PDC en las legislativas también pretendían dividir su voto, pero con inclinación hacia la izquierda: el 31% habría votado por el FMLN, el 28% por ARENA, el 14.3% por el PDC, y el resto no dijo por quién.

En la investigación citada solo se exploró el escenario de primera vuelta con cuatro contendientes, y no el de una eventual contienda con solo dos opciones. Esto último sí se hizo una semana más tarde en una investigación en hogares. Ese estudio confirmó que los votantes legislativos del PCN pensaban apoyar, en primer lugar, a ARENA, luego al PCN, y una parte de ellos piensa incluso dar su voto al FMLN. Los votantes legislativos del PDC le apostaban a ARENA y al FMLN, y solo en tercer lugar a su propio candidato.

En un escenario electoral solo entre dos contendientes, ARENA, en efecto, se lleva la mayor parte del voto legislativo del PCN y del PDC, mientras que el FMLN pescaría al menos un tercio, sobre todo entre los democristianos.

Los resultados electorales de 1984 y de 1994, cuando la elección presidencial tuvo que resolverse en una segunda vuelta entre dos candidatos, confirman que no se puede asumir la conducta de las bases a partir de la ideología de los dirigentes.

En 1984, el PDC obtuvo el 43% de los votos válidos, mientras que ARENA y el PCN sumaban el 49%. La alianza de derecha de la época tenía motivos para ser optimista porque le faltaba poco para llegar a la mitad más un voto. En la segunda vuelta, sin embargo, salieron a votar más de 100,000 personas extra, y el PDC obtuvo la mayor parte de esa tajada.

Los partidos deberían de asumir que la elección presidencial será más concurrida que la legislativa y municipal, y que la diferencia la pueden hacer esas personas que se quedaron en casa el pasado 18 de enero.

La lección de 1994 también mostró el problema de pensar en lugar de las bases. El candidato de ARENA, Armando Calderón Sol, no logró sumar la mitad más uno de los votos en primera vuelta, fue a una segunda jornada contra Rubén Zamora, el candidato de izquierda. La izquierda asumía que el 16% que había votado por el PDC jamás votaría por ARENA. ¿Por qué? Pues ARENA y el PDC eran como agua y aceite en la década de los ochenta. Al final, la derecha ganó de forma amplia y contundente.