Decenas de fotos instantáneas marcaron ayer la visita del candidato a la presidencia por ARENA, Rodrigo Ávila, al municipio de Soyapango, al oriente de la capital.
Lo que estaba programado como un rally terminó en una caminata de cuatro horas a pie, bajo el sol, por las principales calles del centro de Soyapango. El candidato tricolor inició su recorrido frente a un centro comercial, donde ofreció extender su programa Red Solidaria Urbana para la gente del lugar, en un eventual triunfo.
Las docenas de camisetas que repartía se robaron la atención de las vendedoras de la avenida Cuba. Ávila aprovechó la ocasión para fotografiarse con vendedoras de fruta, ropa y comida.
“Una foto, Rodrigo, una foto”, le gritaban al paso. El candidato saludó a cuanta persona se le puso enfrente. Dos jóvenes con cámaras instantáneas se turnaban para captar la dentadura extendida del aspirante.
La gente le hizo rueda a Ávila para llevarse la imagen del recuerdo. Cuando la lograban, agitaban el cartón para que el retrato tomara color. Unos, con menos suerte que otros, se llevaron fotos con cabezas cortadas.
Después de tres cuadras de fotos, Rodrigo Ávila visitó el mercado de Soyapango. Ahí fue recibido con igual curiosidad que en las calles, así que complementó la regalía de camisas con gabachas.
“Este mercado lo que necesita es un edificio cachimbón. Por eso les pido votar con sabiduría”, pronunció el candidato.
René Dimas, un niño de 10 años que tiene llagas por todo el cuerpo, también buscó su foto con el presidenciable. Se le acercó, pero no pidió ayuda para su piel descascarada, sino una silla de ruedas para su abuela.
Ahí no hubo foto. Ávila ordenó a uno de sus activistas tomarle los datos al niño y siguió su paso. René se dio la vuelta y minutos después el candidato reaccionó.
“Llámenme al niño, porque ya me acordé que tengo un amigo en Estados Unidos que es especialista en enfermedades de la piel”, dijo. En ese momento dejó grabada otra promesa y una foto más para el recuerdo de René.
“Se da cuenta, señora, una foto con el futuro presidente. Esa es la diferencia con el otro, que este sí es hombre de pueblo”, comentó uno de los hombres de Ávila a una vendedora de hortalizas.
A las 3:30 de la tarde, los areneros guardaron sus cámaras. A esa hora abandonó la zona el candidato. “No se vieron piricuacos”, comentó una vendedora al ver que la actividad finalizó sin percances.
No hay comentarios aún.
RSS feed for comments on this post. TrackBack URL