Pero bajo la lupa de la importancia que tendrán, no todos coinciden en si ese papel favorecerá a un partido determinado, a dos o a ninguno. Eso es porque aunque “hay un segmento que está descontento con ARENA, reprocha un mal desempeño del presidente Saca, tampoco termina de estar convencido de que el FMLN sea la mejor opción para gobernar”, reconoce Janeth Aguilar, de IUDOP.

A eso suma Edwin Segura, de LPG Datos, que entre los mismos indecisos se identifican dos grupos: “Aquellos que se lo están pensando bien y aquellos que no tienen ni idea de por quién votar”, y en estos segmentos puede influir temas como los problemas económicos y las campañas, además de las propuestas y la emotividad al momento de decidir.

Pero a ese elemento, Carlos Penna, de Mitofsky, agrega otro, y es que al final el indeciso puede no terminar votando, por lo que “quitar el voto a un candidato no significa que va a pasar al otro. Este votante se puede quedar en su casa”, dijo al aceptar que esta decisión podría también definir.

Por su parte, Nelson Zárate, de CIOPS, cree que el mercado de los indecisos es muy pequeño como para marcar un cambio en el resultado final.