De acuerdo con los primeros análisis hechos en Estados Unidos, más del 66% de los cerca de 10 millones de hispanos que votó este martes lo hizo por el demócrata Barack Obama, lo cual dio un giro a la historia del voto latino en esa nación. Pero para los tres ex cancilleres, el peso real del voto latino aún no se conoce en su total plenitud, ya que su cuota real de participación en la vida política interna de Estados Unidos es aún muy pequeña.
“Antes de que veamos a más latinos en puestos de mayor responsabilidad, vamos ver un proceso en el que ganarán ese respeto y reconocimiento del electorado norteamericano, porque al final los van a elegir no porque son latinos, sino porque son los que más pueden garantizar y representar los intereses de los norteamericanos en Estados Unidos”, analiza Francisco Laínez al explicar que este voto no fue definido precisamente por el tema de raza, sino por elegir a quien “mejor responde a los intereses” de los estadounidenses.
Aunque Óscar Santamaría agrega que ya hay algunos ejemplos de liderazgos fuertes latinos, y entre ellos menciona al alcalde angelino, Antonio Villaraigosa. “Ahí radica la mayor población latina que puede estar incidiendo en el resultado de una votación”, y a eso Santamaría suma a figuras como los representantes Ana Sol Gutiérrez y Walter Tejada.
Concentrada o no, el peso específico de esa población latina es aún apenas incipiente y representó cerca del 8% del total en estas elecciones. Entre las razones que destacan los panelistas está que no todos están inscritos para votar porque muchos son indocumentados, y que algunos de los que tienen ciudadanía se resintieron ante la casi total ausencia del tema migratorio en la discusión de los candidatos.
El reto, sin embargo, sigue siendo la aprobación de una reforma migratoria integral que legalice a los latinos que ya están en territorio de EUA y que permita a algunos migrantes ingresar bajo mecanismos legales.
Los panelistas destacan también el cambio generacional que ha supuesto un giro en tradicionales bastiones republicanos como Florida. “Hay una generación de cubanos que es más norteamericana que cubana, que ya no vive preocupada de seguir viviendo los anteriores odios ante los Castro y está tratando de ver cómo se compone hacia el futuro”, explica Héctor Dada Hirezi, y hace hincapié en que ante la crisis económica actual el peso del voto latino no se inclinó por quien respondía o no al tema migratorio, sino por quien garantizaba mejores soluciones a los problemas cotidianos.
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