La agenda del día

Funes pasará la mayor parte del día en entrevistas de televisión y radio, pero ha apartado tiempo para asistir a oficios religiosos y por supuesto para votar a las 9:30 en el Centro Escolar Walter Deininger, de Antiguo Cuscatlán.

“Fumo Don Melho, son los que más me gustan, fumo Padrón como el presidente (Antonio) Saca, de hecho conozco los puros Padrón porque el presidente Saca me regalaba puros, hoy ya no lo hace.”

Mauricio Funes, candidato presidencial

El candidato presidencial del FMLN, Mauricio Funes, lucía tranquilo y sereno un día antes de la elección presidencial. Sin la presión de tantos compromisos, reuniones y entrevistas en los medios de comunicación, el efemelenista se tomó su tiempo para sentarse a platicar con algunos de sus amigos, tomarse una bebida gaseosa y fumarse un puro cubano –aunque confiesa que también le gustan los puros hondureños– en el lobby de un hotel capitalino, antes de reunirse con las misiones de observadores de la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos (OEA).

Y es que ayer Funes mantuvo un perfil bajo fuera de la luz de las cámaras y se dedicó a reuniones privadas, a sus amigos y a la familia.

A las 10 en punto de la mañana llegó a su cita con las misiones. Y aunque la impuntualidad fue algo que a lo largo de la campaña se le criticó al efemelenista, ayer no hubo nada de eso.

Al candidato del Frente hasta le alcanzó el tiempo para hacer bromas con las prensa nacional.

Funes también aprovechó para hacer algo que él asegura que tenía más de 16 meses de no hacer –desde que se proclamó su candidatura–: tomarse un café en un centro comercial, algo que según dijo hacía a menudo antes de convertirse en aspirante a la presidencia.

Y el lugar que escogió el presidenciable para tomarse esta tacita de café fue uno de los centros comerciales más concurridos del país y el bar de café de uno de sus amigos más cercanos y uno de los fundadores del movimiento ciudadano Amigos de Mauricio, Miguel Meléndez “Mecafé”.

La visita de Funes al centro comercial no pasó inadvertida y mucha gente al percatarse de la presencia del aspirante a la presidencia se acercó a saludarlo, por lo que la seguridad creó un círculo alrededor de él, que no evitó una pequeña aglomeración.

La gente vitoreaba el nombre de Funes e incluso hubo una simpatizante del Frente que gritó “viva Sánchez Cerén”, pero esa porra no gozó del mismo apoyo que las de Funes. El candidato no se molestó por este percance y continuó caminando por el centro comercial saludando a cuanta persona se le acercaba hasta llegar al café.

Ahí, fue recibido por Meléndez. Pero al verse alborotado el pequeño local, Funes tuvo que tomarse su taza de café con leche de pie tras el mostrador, y luego de tres sorbos no quedó nada en el recipiente.

Funes explicó que debido a la campaña no había tenido la oportunidad de visitar el local de Meléndez, a pesar de que ya había recibido múltiples invitaciones, por lo que en esta ocasión el café corrió por cuenta de la casa.

El compañero de fórmula de Funes, Salvador Sánchez Cerén, en cambio, no tuvo ninguna actividad pública. A lo largo de la campaña se le recriminó a él que efectuara su campaña en silencio.